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¿Moverse en bus, carro o moto?: Así sortean el alto costo del combustible los nicaragüenses

Nicas con salario promedio compran 41 litros menos de gasolina que hace un año. “Elena” opta por tomar el bus y “Manuel” cambió su carro por una moto

Movilizarse en motocicleta es una de las opciones de los consumidores ante el alto costo del combustible. Foto: Confidencial

Redacción Confidencial

31 de julio 2022

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La primera vez que “Elena”, una empleada de la Alcaldía de Managua, se trasladó de su casa al trabajo en autobús lo hizo por necesidad: su vehículo tenía el motor dañado. El carro lo repararon en 15 días, hace unos cinco meses. Ese imprevisto le dejó a la nicaragüense —que pide omitir su nombre por temor— una lección: “A la quincena me puedo ahorrar hasta unos 1500 córdobas en gasolina, si dejo el carro en casa y me voy en bus”.

“Elena” —madre soltera de tres menores de edad— vive en Carretera Norte y trabaja en el Centro Cívico. Desde hace cinco meses estableció la rutina de movilizarse en autobús al trabajo, porque con su salario, de unos 15 000 córdobas al mes, ya no le daba para “llenar el tanque de gasolina”.


La situación de “Elena” no es una excepción. Nicaragua es el segundo país de América donde los consumidores compran menos litros de gasolina con su salario promedio, de acuerdo con un estudio de la plataforma privada Picodi, especializada en ahorro, descuentos y ofertas.

Con un salario promedio neto de 10 390 córdobas —unos 290 dólares—, un nicaragüense compraba, hasta junio pasado, unos 212 litros de gasolina súper, que representan unos 41 litros menos que hace un año, según el portal web, con presencia en España y cuatro países de América.

Peor que Nicaragua solo está Cuba, donde los ciudadanos pueden comprar unos 27 litros de gasolina con un salario promedio de 35 dólares.

Precios congelados al alza

“Elena” inició su rutina intercalando una “semana con carro” y una “semana en autobús”, pero la ha modificado para su comodidad. “Los lunes y viernes siempre voy en carro, porque esos días los buses siempre van llenos. De martes a jueves uso el transporte público, aunque si ya voy tarde al trabajo me tengo que llevar el carro”, relata la ciudadana.

Ella invertía hasta 2000 córdobas quincenales para llenar su tanque de gasolina, hoy en día gasta la mitad y “en ocasiones menos, sino utilizo el carro los fines de semana”.

Cuando la trabajadora de la Alcaldía empezó con “su sistema de ahorro”, en febrero pasado, el precio promedio de la gasolina súper era de 44.01 córdobas por litro, y venía al alza, pues el año lo inició a 41.96 córdobas. Sin embargo, desde la primera semana de abril pasado hasta la fecha, el valor de ese combustible está congelado en 48.97 córdobas por litro.

Los precios de la gasolina súper, regular, diésel y el gas licuado de petróleo (GLP) se han mantenido congelados como parte de una política opaca del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que no ha detallado de dónde salen los fondos o a qué partida presupuestaria afecta.

Ortega solo ha revelado, en mayo pasado, que el subsidio a los derivados del petróleo cuesta, al erario público, unos cuatro millones de dólares por semana. Hasta la fecha serían unos 68 millones de dólares por las 17 semanas consecutivas.

Además, para financiar ese subsidio se aprobó, a mediados de julio, un préstamo con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) por 200 millones de dólares. Este crédito millonario se sumará a la deuda externa de Nicaragua, que al concluir 2021 alcanzó los 14 308 millones de dólares, el pico más alto durante los 15 años de Daniel Ortega en el poder.

“Dejar para la comida”

El congelamiento de los combustibles no ha frenado un alza de los precios de los productos de la canasta básica nicaragüense, que ha aumentado un 20.3% entre mayo de 2021 y mayo de 2022, cuando se cotizaba a 17 332.52 córdobas, según estadísticas del Instituto Nicaragüense de Información para el Desarrollo (Inide).

La carestía de la canasta básica hizo que “Manuel”, vendedor de una empresa telefónica, dejara su carro un Mitsubishi Lancer del año 2000 por una moto usada. “Mi trabajo consiste en andar de un lado a otro visitando y buscando clientes, por lo que necesito mi propio medio de transporte, pero ya no podía costear un carro”, comenta el joven.

“Manuel” es padre de dos niños y su esposa está desempleada. Semanalmente gastaba entre 1500 y 2000 córdobas en combustible. A inicios de junio pasado, vendió su carro y adquirió una moto, que “hace unos 120 kilómetros por galón”, y “fulea” el tanque —de 13 litros— con 630 córdobas.

“Cada mes me quedaba menos dinero para la comida y los productos de la casa. Prefiero asolearme todo el día en la moto, que dejar de darle de comer a mis hijos y mi mujer”, afirma.

El precio promedio del componente ‘alimentos’ en la canasta básica de mayo del año pasado, era de 10 026.61 córdobas, y creció en 2036.11 córdobas, para valorarse en 12 062.72 córdobas al cerrar mayo de 2022.

Panorama centroamericano

De acuerdo al análisis de Picodi, la gasolina súper en Nicaragua es una de las más baratas de América: ocupa el puesto 13 de los 21 países incluidos en el ranking. 

Según la clasificación, El Salvador es el país centroamericano que menos ha incrementado el precio de la gasolina, entre enero y junio de este año, con un 12.6%. Seguido por Nicaragua con un 16.7%; Honduras con un 33.5%; Guatemala, un 35.8%; y Costa Rica, un 45%.

Colombia y Ecuador son los únicos países del continente donde ese combustible se ha abaratado un poco: −0.2% y −1.0%, respectivamente. Por otro lado, Panamá es el antilíder del ranking: el precio de la gasolina ha aumentado el 65%.

En El Salvador, la Asamblea Legislativa, controlada por el presidente Nayib Bukele, ha congelado los precios de los combustibles durante tres meses, hasta finales de agosto, con el objetivo de amortiguar las alzas.

Para ello, los legisladores han dado luz verde a un subsidio para los combustibles por valor de 20 millones de dólares mensuales, además de suspender temporalmente dos impuestos.

En Honduras, donde la gasolina súper está por encima de los seis dólares el galón, numerosos sectores han exigido la reducción del costo de los combustibles. 

Una de las últimas medidas adoptadas por el Gobierno que preside Xiomara Castro ha sido la congelación durante cuatro semanas del precio de la gasolina regular y del diésel, y el establecimiento de un mecanismo para que la mitad de los empleados públicos ejercen sus funciones de manera presencial y la otra mitad lo hace desde su casa.

En Costa Rica no ha habido protestas masivas por el alto costo de la vida, pero el precio de los combustibles está en máximos históricos de alrededor de 1.5 dólares por litro de gasolina, lo que también ha provocado aumentos en las tarifas de autobús.

El presidente Rodrigo Chaves se ha negado a apoyar iniciativas para bajar el impuesto a los combustibles, argumentando que no quiere crear un hueco en las finanzas estatales y ha admitido que el precio no disminuirá sustancialmente porque depende de factores internacionales.

Protestas en Latinoamérica

Los altos precios de los combustibles han provocado protestas masivas en varios países de Latinoamérica: Panamá, Ecuador, Paraguay y Perú. 

Aunque Ecuador tiene las tarifas de la gasolina y del diésel congeladas en 2.55 y 1.90 dólares por galón, respectivamente, estos valores fueron la principal razón del Movimiento Indígena para iniciar, a mediados de junio pasado, unas protestas contra el Gobierno.

Si bien el presidente Guillermo Lasso aceptó reducir los precios en 10 centavos de dólar, los indígenas reclamaban que las gasolinas cuesten 2.10 dólares por galón y el diésel 1.50 dólares, tarifas similares a las de junio de 2021.

En Paraguay, el presidente Mario Abdo Benítez, anunció este 27 de julio que la petrolera estatal Petropar rebajará sus precios de venta del diésel y de la gasolina, cuando transportistas y camioneros comenzaron un paro indefinido en protesta por el costo de los combustibles.

Abdo Benítez anticipó que ofrecerán un “plan especial” para el sector del transporte, del que no reveló detalles.

En Panamá, unas protestas sociales comenzaron hace tres semanas por el alto costo de los combustibles y alimentos y derivaron en un clamor contra la corrupción, que denuncian los manifestantes, analistas y políticos de oposición. El país canalero vive su peor crisis social en décadas.

Los bloqueos, especialmente en la Carretera Panamericana, que cruza el país y lo une con Centroamérica, han causado escasez de alimentos, combustible y otros productos en los centros urbanos.

Ante el reclamo masivo, el Gobierno ha adoptado medidas para “garantizar la paz social” como la inclusión de 50 nuevos productos de la canasta básica y el congelamiento del precio del combustible a 3.25 dólares el galón, lo que representa “un ahorro superior al 30%”, según el presidente panameño, Laurentino Cortizo.

En Nicaragua, pese a que el galón de la gasolina supera los cinco dólares, las manifestaciones están prohibidas desde septiembre de 2018, para evitar protestas masivas como las vividas entre abril y junio de ese año. Ante ese estado policial, a los usuarios nicaragüenses solo les queda resolver un dilema diario: ¿moverse en bus, carro o moto?


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