13 de enero 2021
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En diciembre de 2020, el Banco Central de Nicaragua (BCN) sumó 280.4 millones de dólares a sus reservas internacionales netas (RIN), con lo que las reservas internacionales brutas (RIB) rompieron techo, para cerrar el año en 3211.9 millones de dólares. Por su parte, las reservas internacionales netas ajustadas (Rinas), acumularon 512.4 millones de dólares más.
La crisis política que detonó en abril del 2018, hizo que las RIB, que ese mes habían alcanzado su cima, con 2970.2 millones de dólares, se desplomaran hasta llegar a su punto más bajo, con 2125.3 millones en marzo de 2019, por lo que el resultado de diciembre 2020 representa un incremento de 51.1% con respecto a su punto más bajo, y es casi 242 millones más alto que su mejor momento.
A modo de comparación, baste hacer notar que en noviembre de 2020, el BCN solo pudo acumular 12.1 millones en RIN, por lo que los 280.4 millones acumulados en diciembre, representa un incremento de 23 veces entre uno y otro mes, gracias a la generosidad de los organismos financieros multilaterales.
Ese aumento general en las reservas del país, comprará mucha estabilidad macroeconómica al régimen de Daniel Ortega, lo que es especialmente apreciado en un año electoral como 2021, según la opinión de dos economistas consultados por CONFIDENCIAL.
“La inversión pública va a mejorar, porque parte de los préstamos viene para construir casas y reconstruir puentes, y eso generará puestos de trabajo”, detalló el economista Óscar René Vargas.
Néstor Avendaño, presidente de Consultores para el Desarrollo Empresarial (Copades), vislumbra que habrá un efecto positivo, porque “habrá empleos e ingreso, y atenuará un poco la caída del PIB, pero no lo suficiente”.
“La inversión pública crecerá un poco más, pero el Gobierno ya está utilizando toda su capacidad de construcción en los proyectos financiados con recursos del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). ¿Dónde está la maquinaria y el equipo necesario para ejecutar nuevos proyectos?”, se preguntó, especulando que “quizás logren avanzar, pero a un bajo ritmo”.
“El INSS calcula que el número de cotizantes crecerá en 31 000 personas para 2021. Eso repercute en lo social, aunque ese número será insuficiente ante el crecimiento de la PEA, que es de unas 100 000 personas por año, según datos del BCN, con lo que el déficit del desempleo se mantiene o se incrementa, pero no se reduce”, complementó Vargas.
“Con esto, el gobierno logra, primero, sostener aquello que resulta fundamental para su propia sobrevivencia: sostener la planilla salarial, sus gastos operativos priorizados y sus aparatos represivos. Segundo, evitar cualquier posibilidad de crisis o situación crítica de balanza de pagos provocada por una fuerte pérdida de reservas. Al contrario, incrementará su acumulación de reservas internacionales”, replicó un economista que pidió no revelar su nombre, por seguridad.
Sacando pecho con dinero ajeno
Citando datos del BCN, Avendaño refirió que alcanzar esos niveles de reservas, fue posible porque el Gobierno recibió 382 millones de dólares en recursos líquidos atados, y otros 43 millones en donaciones liquidas atadas.
“Son 425 millones de dólares, lo que influenció el nivel de reservas, que aumentó en 279 millones, lo que mantiene la estabilidad de 2.5 veces la base monetaria, no obstante que no ingresaron los recursos para apoyo de balanza de pagos en el BCN. Se observa una correcta administración de las reservas”, detalló el experto.
Cuando falta por ver cómo se usan esos recursos en el presente año electoral, los tres economistas consultados por CONFIDENCIAL están seguros de que la administración Ortega aprovechará la disponibilidad de esos recursos para buscar un rédito político.
“Ellos van a presentar todas las inversiones producto de esos préstamos y donaciones, como algo propio del Gobierno y lo van a dirigir hacia su base social, o sea que van a beneficiar primero a los suyos, en una relación de 4 a 1, pensando en mantener y recuperar su base social”, vaticinó Vargas.
Avendaño por su parte, considera que la incidencia de esos recursos en el resultado de las elecciones “depende de los montos”, por lo que le parece que tendría sentido “si fueran más de cien millones, por cada uno de los multilaterales. El coqueteo puede ser más que todo para quienes pueden emplearse en el sector de la construcción”, observó.
El economista citado desde el anonimato dijo que “los multilaterales desembolsaron 355 millones de dólares solo en diciembre”, con lo que el Gobierno recibió un gran balón de oxígeno.
“El problema del Gobierno era cómo financiar el déficit. Si seguían retirando depósitos del BCN a lo largo del 2021, podían generar una crisis que ponía en riesgo el régimen cambiario, pero con esta plata, respiraron, al punto que se destinaron 90 millones de dólares para financiar el déficit del INSS. Ya evitaron la crisis cambiaria, y ahora tendrán suficientes reservas”, declaró.
Su análisis indica que si el país recibe desembolsos por 1000 millones de dólares para ejecución de proyectos, puede causar una reactivación de la economía.
“Al 31 de diciembre de 2020 el Sector Público No Financiero había recibido un impresionante desembolso de 764 millones de dólares en recursos líquidos atados a proyectos. El próximo año puede esperarse un desembolso de más de 1200 millones de dólares”, especificó.
“Esto me recuerda lo que pasó con la ayuda recibida para la reconstrucción post Mitch. No espero un crecimiento de esa naturaleza, pero sí la reactivación de la actividad económica, y que el Gobierno pueda resolver algunos de sus problemas más importantes: la planilla salarial, sostener el aparato represivo, y financiar su campaña electoral”, reiteró.
