22 de septiembre 2021
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La migración nicaragüense ha sido subestimada históricamente por los distintos Gobiernos del país e invisibilizada de la agenda de los medios de comunicación, pese a su vital aporte para la economía local por medio de las remesas. Sin embargo, la crisis sociopolítica generada por la represión del régimen orteguista a las protestas ciudadanas de 2018, oxigenó los deseos de la diáspora por hacer sentir su voz en la discusión nacional para logra el retorno de la democracia y el respeto a las libertades civiles en Nicaragua.
En el marco del lanzamiento del micrositio Nicas Migrantes en el sitio web de CONFIDENCIAL, se realizó un foro virtual para discutir las distintas facetas de la migración tradicional nicaragüense y la particularidad de la ola migratoria generada a raíz de la ola represiva del orteguismo a las protestas de abril de 2018.
El conversatorio denominado “La relevancia de la migración nicaragüense” fue conducido por la periodista de CONFIDENCIAL Cindy Regidor, quien reside en Costa Rica; contó con la participación de la columnista y periodista nicaragüense radicada en España, Mildred Largaespada; la periodista nicaragüense Tifani Roberts, quien vive en Estados Unidos; el cantautor Luis Enrique Mejía Godoy, quien se exilió en Costa Rica luego de la represión de 2018; y el sociólogo costarricense Carlos Sandoval, quien sigue de cerca los acontecimientos de Nicaragua.
Entre los participantes hubo consenso acerca de cómo la migración nicaragüense ha sido subestimada y estigmatizada desde Nicaragua, limitándola a ser solamente como una fuente de remesas, obviando sus aportes sociales, culturales e incluso políticos, tanto en los países en los que residen, como en la misma Nicaragua.
“Siempre habrá un estigma sobre aquel nicaragüense que viene por su voluntad, por asuntos de estudio o económicos, porque sencillamente en Nicaragua no existen las condiciones u oportunidades para su desarrollo. Es algo que incluso es promovido desde el mismo Gobierno. Más con aquel que tiene facilidades al momento de emigrar. Emigrar también es un derecho. No tiene nada de malo que uno quiera ser feliz, y para serlo, tenga que hacerlo en otro país”, compartió el cantautor Mejía Godoy.
El artista relató como Costa Rica lo ha acogido tanto en sus primeros exilios, cuando huyó de la persecución de la dictadura somocista, como lo ha hecho en esta nueva etapa, en la que tuvo que resguardarse de la represión del régimen orteguista.
“Unos 41 años después tuve que salir de nuevo y decidí regresar a mí segunda patria. No es lo mismo venir como la primera vez, a los 22 años, que hacerlo a los 74 años. A tener que replantear mi trabajo, mis sueños, mi familia. No ha sido fácil. Pero Costa Rica es un pueblo generoso, noble y solidario”, añadió.
Unidad azul y blanco entre la diáspora nicaragüense
La periodista Roberts recordó como uno de los matices de la nueva migración producto de las protestas de 2018, la unión de la diáspora nicaragüense en torno al clamor de justicia sobre las violaciones de los derechos humanos que se han dado desde la Rebelión de Abril a la fecha.
“En los últimos cinco años la migración nicaragüense ha ido cambiando en relación con lo que les interesa desde lo que ocurre en el exterior. Y como se dice, de las crisis salen oportunidades, y con lo que pasó en 2018, la diáspora nicaragüense se unió. Todos son azul y blanco, todos lloraron por los muertos, todos lloraron por su país y ahora siguen con más preocupación lo que ocurre con Nicaragua, como lo que está pasando ahorita con el tema de la vacunación”, opinó.
Largaespada resaltó que el hecho que ya sea por motivos políticos o económicos, las olas migratorias se dan sencillamente por un sistema de Gobierno que indirectamente expulsa sus ciudadanos, principalmente a los más jóvenes.
“Nos vemos forzados a dejar el país porque el Gobierno nos expulsa, porque sencillamente no nos deja vivir en nuestro país debido a la falta de oportunidades. Eso es algo que se ha dado en todos los Gobiernos. Para quienes deciden dejar Nicaragua para no volver, es una decisión enorme”, apuntó Largaespada.
“Fuga de cerebros” daña el desarrollo del país
Añadió que la falta de oportunidades como motor de la migración nicaragüense trae como consecuencia la “fuga de cerebros”, talento joven que termina desarrollando su potencial en otros países.
“El sistema mismo es el que nos expulsa. No vas encontrar trabajo, no vas a encontrar estudios u oportunidad para desarrollar tus capacidades. Es la migración intelectual, jóvenes que vienen a España para estudiar, y que casi siempre se quedan”, dijo.
“España tuvo un problema similar y desarrolló un programa que incentivaba a los jóvenes migrantes que salieron a regresar al país. El Gobierno de Nicaragua debería de pensar en un programa similar para que todo el talento regrese”, puntualizó la periodista, quien es especializada en temas sobre manejo de redes sociales.
La concentración de la migración nicaragüense es Estados Unidos, Costa Rica y España. El sociólogo Carlos Sandoval destacó el aporte de la migración nicaragüense a la economía costarricense y en particular, la fusión social entre ambas poblaciones. Se estima que en el país vecino radica alrededor de medio millón de nicaragüenses.
“Estamos muy unidos por la historia, la geografía y la economía al punto que se crea incluso un núcleo familiar en una patria en donde las nacionalidades no importan. Es un mundo tic-nic (ticos y nicas) en un nuevo nivel”, destacó.
“Entre un 11 a un 12 por ciento del producto interno bruto de Costa Rica es aportada por nicaragüenses. Por eso es importante que se hable de la migración y de lo que importa más allá de las remesas que se envían Nicaragua. El tema migratorio es bastante excluido en Nicaragua, por eso tan difícil construir un diálogo bilateral”, añadió.
