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El Gobierno de Nayib Bukele ya “no habla del bitcoin” en El Salvador

Expertos señalan que la apuesta por la criptomoneda se ha caracterizado por "la falta de transparencia, impopularidad y contradicciones en su uso"

El principio rector es retener y fortalecer el poder del presidente Nayib Bukele y su círculo íntimo y su popularidad

28 de junio 2022

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El Salvador es el primer país en el mundo en implementar el Bitcoin como moneda de curso legal, pero a un año de su implementación hay quienes señalan que se trata de la política más impopular del presidente Nayib Bukele, en tres años de Gobierno, aunque sigue contando con el apoyo mayoritario de los salvadoreños.

Bukele tiene semanas de no referirse a la caída estrepitosa del valor del bitcoin en relación al dólar, que al 28 de junio se cotiza a un promedio de 20 000 dólares por unidad; unos 40 000 dólares menos que el precio que pagó, en octubre pasado, el presidente salvadoreño en una de sus compras más grandes: 420 bitcoin, según lo anunció en su cuenta de Twitter.


Las compras del mandatario apuntan a pérdidas millonarias de fondos públicos, que no se pueden contabilizar con certeza porque han sido manejadas con poca transparencia y muchas contradicciones, afirman el especialista en tecnologías y criptomonedas de El Salvador, Mario Gómez, y el periodista de El Faro, Nelson Rauda.

"No tenemos la dirección de la billetera del Gobierno. No sabemos cómo se hace el proceso de compra. El presidente ha presumido hasta comprar bitcoin desnudo, en el inodoro, literalmente", destaca Rauda.

Bukele ha promovido el uso cotidiano del bitcoin hasta para comprar una fruta en el mercado; sin embargo, una encuesta reciente de la universidad UCA, de El Salvador, revela que el 71% de la población cree que la implementación de la Ley Bitcoin, no ha tenido ningún beneficio a su economía.

La misma encuesta revela  que el 98 % de las remesas —que representan cerca del 26% del PIB anual— siguen llegando igual, sin hacer uso del bitcoin.

"Ni siquiera las personas que creen que Bukele es el mejor presidente de la historia del Salvador, tampoco ellos usan bitcoin", señala el periodista.
En esta entrevista, conversamos con Gómez, y Rauda, sobre los resultados de la implementación de la Ley Bitcoin, las promesas sin cumplir y la respuesta de la población.

Este 9 de junio se cumplió un año de la aprobación de la Ley Bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador. ¿Cuáles han sido sus resultados?

Gómez: Hemos visto una serie de contradicciones en cuanto a la implementación de la ley, cuando lo comparamos con los supuestos principios que impulsan los promotores de bitcoin. La moneda nace para buscar como evadir el control y la centralización por parte de los Gobiernos,  y vemos que en El Salvador es impulsada, de forma obligatoria, por el mismo Gobierno.

Lo que tenemos es una implementación de la Ley Bitcoin, en la que se gastan cientos de millones de dólares para crear una plataforma centralizada, que consiste en una billetera, una red de cajeros y un fideicomiso, que permite la conversión entre dólares y bitcoin. Todo es manejado el Gobierno. Esencialmente lo convierte en un monopolio de billeteras electrónicas que interactúan con bitcoin, sin dejar margen a otras compañías que pudieran ofrecer este mismo servicio.

Un estudio reciente del Buró de Estudios Económicos de Estados Unidos, sobre el uso y la adopción de la billetera gubernamental 'Chivo Wallet', encontró que la mayoría de gente baja la billetera y se inscribe en esta plataforma gubernamental, únicamente por el incentivo de los 30 dólares equivalentes en bitcoin que se ofrecen para implementarse.

 ¿Los salvadoreños están utilizando el bitcoin para el envío de sus remesas?

Rauda: No, para nada. El  presidente Bukele dijo que (la implementación de la criptomoneda) haría cuatro cosas: atraer inversión extranjera y turismo; facilitar el envío de remesas; y facilitar la inclusión financiera en un país donde el 70% de las personas no tienen cuentas bancarias. Ninguna de esas cosas ha ocurrido. El 98% de remesas siguen (llegando) como si no existiera la Ley Bitcoin.

Mientras hacemos esta entrevista un bitcoin equivale a unos 20 000 dólares, muy por debajo de los 60 000 dólares al que Bukele dijo haber realizado la mayor compra el 27 de octubre de 2021. ¿La  caída del bitcoin está produciendo algún impacto en las finanzas del Gobierno?

R: Es bien difícil de saber, por una razón: no tenemos ninguna indicación, ninguna forma de comprobar que el presidente Bukele y el Gobierno hayan en efecto comprado lo que dicen. No hay facturas, recibos, contratos, cuánto se cobró de intermediarios, tarifas, nada. No tenemos la dirección de la billetera del Gobierno, no sabemos quién tiene las llaves de esa billetera, no sabemos cómo se hace el proceso de compra. El presidente ha presumido hasta de comprar bitcoin desnudo, en el inodoro, literalmente.

Para mí, no es tanto el problema de que si bitcoin baja o sube, porque luego puede subir a cien mil dólares, como dicen los entusiastas, y entonces, Bukele es un genio porque la apuesta ganó. El problema es estar invirtiendo fondos públicos, en un país con tantísimas necesidades, en una especie de casino virtual.

¿La aprobación, implementación y ejecución de la Ley Bitcoin no ha sido transparente?

G: No ha sido transparente. Un ejemplo: el pasado 13 de junio, el ministro de Hacienda aseguró y reiteró que no habían vendido bitcoin; pero dos días después fue a la televisión y dijo: "sí, vendimos bitcoin para construir un hospital". No tenés certeza de cómo se está invirtiendo el dinero. Son personas que están usando millones de dólares de fondos públicos sin dar cuentas de eso.

La Ley Bitcoin cita como una ventaja que la moneda virtual no está regulada por un Estado; sin embargo, el Estado salvadoreño se hace acreedor de su regulación en el país. ¿Eso es contrario a la naturaleza de la tecnología del 'blockchain' y del bitcoin?

G: Sí. Es una de las contradicciones más grandes sobre todo cuando viene desde el mismo Gobierno, que no solo propone el uso del bitcoin como una moneda de curso legal, sino que especifica su obligatoriedad al ser ofrecida como medio de pago, que es algo muy diferente a lo que los proponentes de la tecnología bitcoin y criptomonedas normalmente dicen o mencionan como una ventaja.

¿Cuál ha sido la posición de las organizaciones financieras multilaterales frente a la implementación del bitcoin como moneda en curso legal en El Salvador?

G: La posición más clara ha sido del Fondo Monetario Internacional, que específicamente advierte sobre los riesgos de utilizar una criptomoneda como moneda de curso legal, justamente por su volatilidad y la dificultad de usarse como medio de intercambio. El FMI  hace una pequeña acotación, respecto a que ve positivo el tema de tratar de modernizar el acceso a sistemas financieros. Pero, yo no estaría tan de acuerdo sobre todo en países como El Salvador, donde las personas no tienen liquidez adicional, que les permita arriesgar en inversiones como las criptomonedas. Han querido vender que la cripto es una especie de bancarización, que si tenés cripto ya estás bancarizado. Lo que nos ha demostrado la experiencia de El Salvador, es que no es cierto. La gente no lo ve así, no lo usa así.

¿Existe algún plan gubernamental para asumir el riesgo cambiario y está volatilidad de la moneda digital?

R: En teoría hay un fideicomiso, con el que funciona la billetera "Chivo Wallet", de 150 millones de dólares del que no tenemos demasiada información. Construyeron un hospital veterinario, que según el presidente lo hicieron con las ganancias del bitcoin. En ese momento, explicó una cosa —que contablemente no tiene mucha lógica—: cuando el bitcoin sube de precio, uno puede tomar esas ganancias del fideicomiso sin haber vendido las monedas, sino que simplemente porque el bitcoin sube de precio entonces aparecen más dólares en la cuenta. Muchos economistas le dijeron: "Mirá, eso no tiene sentido, a menos que hayas vendido las monedas". Entonces, negaron que hubieran vendido las monedas, pero la semana pasada, el ministro de Hacienda dijo: "sí, vendimos monedas para financiar eso (el hospital)".

Una buena pregunta: si esto tiene ganancias cuando el precio sube, ¿qué ocurre cuando el precio baja, como ahorita? Supongo, que por la misma lógica, tendría pérdidas. Entonces, el Gobierno dice: "no tenemos pérdidas hasta que vendamos las monedas".

Una encuesta de la UCA, de El Salvador, en mayo pasado, revela que el 71% de la población cree que la implementación de la Ley Bitcoin no ha tenido ningún beneficio a su economía. ¿Cómo afecta esto al Gobierno de Bukele?

G: Va a sonar un poco contradictorio, pero yo creo que le afecta muy poco. El bitcoin ha sido el primer fallo político y de estrategia evidente de la Administración de Nayib Bukele. Sin embargo, a nivel global no le hace mucho efecto, porque aun así  la política más grande que promociona el Gobierno es justamente el tema de seguridad. Aquí vemos de nuevo otra contradicción: mucha gente dice: "nos parece bien el tema de los estados de excepción", en el que se están violando muchos derechos de la población. La mayoría dice estar de acuerdo, pero al mismo tiempo no están de acuerdo en la forma que se implementa.

¿Eso quiere decir que Bukele está perdiendo en su apuesta por el bitcoin?

R: Es nuestra conclusión. Si nosotros nos ponemos a medir, según los parámetros que él mismo dio, no está funcionando. En su discurso de rendición de cuentas (de tres años de Gobierno), no mencionó "Chivo Wallet". Tiene desde marzo que no tuitea sobre "Chivo Wallet", o sea, no se habla de "Chivo" en el Gobierno, es un tema bastante sensible; no se habla de bitcoin. Para decir que es un éxito, el presidente tiene muy poco que mostrar, entonces no lo muestra y no lo dice. Sabe que es la primera apuesta impopular de su Gobierno. Las mismas encuestas que dicen que Bukele sigue teniendo porcentajes de aprobación cercanos al 90%, también dicen que la gente no está usando el bitcoin. Es decir, ni siquiera las personas que son su base —que creen que Bukele está siendo el mejor presidente de la historia del Salvador—, tampoco ellos usan bitcoin.


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Elmer Rivas

Periodista y productor general de los programas Esta Semana, Esta Noche y Confidencial Radio, dirigidos por Carlos F. Chamorro. Exiliado en Costa Rica desde junio de 2021.

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