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“Casa materna” en CONFIDENCIAL está vacía y bajo control policial

Ninguna embarazada llega a solicitar servicios de salud. Antimotines vigilan “clínicas” del Minsa, confiscadas a CONFIDENCIAL y 100% Noticias

El control de ingreso a la casa materna "Camila López", está a cargo de dos oficiales de las fuerzas especiales de la Policía Nacional, que flanquean la entrada principal del edificio confiscado al medio de comunicación Confidencial y Esta Semana. Foto: Confidencial

23 de marzo 2021

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Son pasadas las once de la mañana de un martes y la casa materna “Camila López”, instalada en la redacción confiscada a CONFIDENCIAL, luce desolada. El parqueo está totalmente vacío, no hay nadie en la sala de espera, ni movimientos adentro ni afuera del edificio de dos plantas, que ahora adorna su fachada con una foto gigante de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Nadie puede ingresar sin antes ser anunciado por dos oficiales de las fuerzas especiales de la Policía Nacional, que fusil al hombro custodian la entrada del edificio asaltado a CONFIDENCIAL y Esta Semana y las oficinas de la empresa consultora Cabal el 13 de diciembre de 2018, que fue ilegalmente adjudicado al Ministerio de Salud el 23 de diciembre de 2020.


—Buenas tardes. Me gustaría obtener información sobre cómo es el proceso para que una embarazada sea trasladada a esta casa materna—, consultamos al llegar.

Uno de los policías que estaba sentado se incorpora al vernos y responde enseguida: “Ya va”. Entra al inmueble para consultar si podrán atendernos. Afuera, el oficial que estaba de pie mantiene su posición y nos sonríe.

Nos han dejado afuera, bajo un sol de fuego, que tratamos de burlar apiñadas a la sombra rectangular de unos barrotes de la fachada.

—¿De dónde vienen?—, interroga el oficial, que funge como recepcionista. Respondemos con un destino genérico.

—¿Están embarazadas?— pregunta el antimotín. Respondemos con un no, un tanto escueto.
La espera se siente eterna, pero apenas pasaron dos minutos y medio, cuando el oficial regresa, y nos orienta que entremos.

Ambos oficiales se ven extrañados, como que no están acostumbrados a recibir pacientes de servicios de salud. El antimotín que avisó sobre nuestra visita, nos indica con la mano que nos dirijamos hacia la parte izquierda del edificio, pasando a una salita. Ahí nos atenderá “la licenciada”. Los policías no nos pierden de vista, tampoco a nuestros teléfonos.

La redacción ha sido transformada. No solo por el color rosado chicha que cubre todo el inmueble, también derribaron una pared que dividía otras áreas de CONFIDENCIAL. De frente, permanece el corredor amplísimo, y a la izquierda, está una salita de espera, amueblada con un juego de sofás tapizados con cuerina rojo quemado y enmarcados en madera.

En medio de dos sofás de esa salita, cuelga de la pared, el retrato de la enfermera Camila López, en cuya memoria dedicaron la casa materna. Un acto que selló una confiscación de facto, bajo la ocupación policial y la complicidad del Ministerio de Salud (Minsa).

La inauguración de la "casa materna" en CONFIDENCIAL

La casa materna Camila López fue inaugurada con bombo y platillo el 23 de febrero. En el parqueo colocaron una mesa de presidium, y sobre la calle, dispusieron sillas que fueron ocupadas por las embarazadas. Hubo bailes folclóricos y hasta corte de cinta del edificio confiscado, que estuvo a cargo de tres embarazadas acompañadas de la exministra de salud, Carolina Dávila.

La ex titular afirmó que la inauguración de esta casa materna era “voluntad política del comandante Daniel y la compañera Rosario”, según reportes de medios oficialistas. Aseguró que atenderán más de 5000 mujeres del Distrito Uno de Managua, pero tres semanas después cuando tocamos sus puertas no había ninguna embarazada solicitando atención.

Casa materna en Confidencial

Desolada, así luce la casa materna "Camila López", que fue inaugurada el 23 de febrero, con parafernalia.

Una “casa materna” vacía

La “licenciada” del Minsa que nos recibe —de tez blanca, rostro redondo, contextura gruesa y con su cabello recogido en un moño pequeño— está junto a su escritorio, en una sala de forma rectangular, donde antes funcionaba la redacción de la Revista Niú. Se muestra amable. Ni ella ni los oficiales saben que somos periodistas. La mujer no dice mucho. Apenas generalidades.

Aclara que ninguna embarazada puede internarse en esa casa materna, como sí ocurre en los departamentos, donde las mujeres que habitan en zonas de difícil acceso, llegan a esperar el parto. En la casa “Camila López” solo pueden participar de capacitaciones de corte y confección, bordado, realizar ejercicios y recibir alimentación. Las embarazadas se canalizan a través del Centro de Salud Roberto Herrera, que cubre el Distrito Uno de Managua.

Argumenta que ese día no hay embarazadas porque no citó a ninguna. Tendrá otra actividad, sin especificar detalles. Nos despedimos. Los policías siguen en la entrada principal. Es su punto de control.

No nos permiten circular para reconocer quién ocupa ahora las oficinas donde estaba la redacción de CONFIDENCIAL y el estudio de grabación de televisión de Esta Semana. Nos dejan salir sin problema y caminamos un poco sobre el parqueo solitario. Los vemos con sus teléfonos en las manos, lo que nos hace sospechar que, tal vez, nos tomaron fotografías. Cuando ya casi nos vamos, uno de ellos, nos dice que nos llaman desde el interior del edificio.

Entro, y mi colega se queda afuera por seguridad. La misma mujer que nos atendió, me pide mi nombre y número de celular. El semblante ya no es el mismo: cambió. Ya no se ve tan amable y su mirada me ausculta en cuestión de segundos. Le doy la información y me despido. Me encuentro con mi colega y nos retiramos. Atrás dejamos a los oficiales con sus fusiles, que nunca dejaron de seguirnos con la mirada.

La vigilancia en 100% Noticias

Esa misma sensación de control e intimidación, impuesta por la presencia de antimotines armados, se repite cuando ingresamos a las oficinas confiscadas del canal 100% Noticias, convertido en un supuesto Centro de Atención para Personas con Adicciones de Alcoholismo y Drogadicción.

La antigua oficina de recepción del medio de comunicación ahora es el área de admisión del nuevo centro. Dentro de ese espacio hay unas cuatro personas, que advierten nuestra presencia y en seguida, se les ve pendiente de conocer qué hacemos en ese lugar. Contamos que solicitamos información sobre cómo funciona el Centro, y una mujer, con pijama de unas caricaturas, sale y se dirige a otra oficina. Nos indica que esperemos.

La sala de espera está vacía. A simple vista pareciera que hay más trabajadores que pacientes. El ambiente contrasta con la parafernalia instalada el jueves 25 de febrero, cuando el Minsa se tomó el tramo de calle enfrente del canal; instaló toldos, mesas, sillas, colocó una bandera del Frente Sandinista junto a una de Nicaragua, y acarreó, en buses iguales a los del transporte público de Managua, a sus portátiles simpatizantes.

Nuevamente, la exministra y asesora en temas de salud, Carolina Dávila estuvo a cargo del discurso partidario. Enfrente de todos gritó con puño alzado, vivas al “comandante Daniel Ortega”, la “compañera Rosario” y el “Frente Sandinista”.

Veintiséis días después del alboroto rojinegro, el silencio prevalece en el lugar. No esperamos mucho. Una mujer con uniforme de enfermera, cabello lacio, suelto, y ojos claros, se dirige a nosotras. Nos indica que no funcionan como un internado para personas con adicción, su fin es brindar atención psicológica, trabajo social y psiquiatría, según cada caso. Recomendó establecer citas con antelación, ya que hay días en los que atienden de ocho a diez pacientes, aunque este martes, tan solo vimos a dos personas, de quienes no se tiene certeza si en realidad eran pacientes.

En las oficinas confiscadas del Canal 100% Noticias, convertidas en un centro de atención para personas con adicciones, los trabajadores se ponen alerta cuando un rostro desconocido entra al lugar, custodiado desde afuera, por la Policía Nacional. 
Foto: Confidencial

Mientras conversamos con la trabajadora de la Salud, una persona que estaba en la oficina de admisión se acerca, para escuchar lo que platicamos. Al igual que los policías que vigilan la redacción ocupada de CONFIDENCIAL, los trabajadores del centro lucen un poco sorprendidos con nuestra visita. Pareciera que no están acostumbrados a que alguien llegue a consultar al nuevo Centro de Adicciones.

Mi colega intenta fotografiar el lugar, pero las miradas están puestas sobre nosotras. Un hombre se sienta junto a ella y vigila qué hace con su teléfono. La atención de todos se acaba cuando salimos del Centro. Contrario a la redacción de CONFIDENCIAL, aquí el ingreso es libre, no hay un filtro policial. Sin embargo, los dos antimotines que están afuera también lucen alertas.

La “clínica” del Cenidh en el anillo policial

En lo alto de la sede central del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), ondea una bandera del partido de Gobierno junto a una de Nicaragua. Adentro, el primer cuadro que se observa sobre la pared azul de la derecha es del general Augusto C. Sandino. Son más de las 10:30 de la mañana y unas diez personas esperan en la sala del puesto médico que ahora funciona en las instalaciones confiscadas a esa institución presidida por la doctora Vilma Núñez de Escorcia, que durante tres décadas ha creado una cultura de defensa de los derechos humanos en Nicaragua.

Casa materna

Escritorios y sillas en el nuevo centro de salud instalado en el edificio confiscado del Cenidh, aún lucen vacíos. Hace falta que completen el personal de salud.
Foto: Confidencial

No todos son pacientes, quizás, la mitad; los demás son acompañantes. Una enfermera va y viene de la casa materna, ubicada al otro lado del puesto médico. El edificio del Cenidh fue partido en dos para instalar en un lado la casa materna y en el otro el puesto médico. Mientras tanto, una doctora llama a los pacientes sin prisa desde una de las antiguas oficinas del Cenidh, convertida ahora en consultorio.

Sobre el corredor, al fondo de la sala, hay dos escritorios con sus respectivas sillas, lucen vacíos en espera del personal de Salud que complete el puesto médico. Aquí también hay un antimotín, pero luce relajado.

Las oficinas del Cenidh fueron convertidas en una casa materna y un centro comunitario de salud, que el martes 16 de febrero, apenas tenía unos cinco pacientes. Foto: Confidencial

A diferencia de los edificios de CONFIDENCIAL y 100% Noticias, la oenegé está ubicada dentro del anillo de control policial y militar que el régimen ha impuesto en torno a la residencia de Ortega y Murillo y la secretaría del FSLN, donde también opera la casa presidencial en Reparto El Carmen, Managua.


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Redacción Confidencial

Confidencial es un diario digital nicaragüense, de formato multimedia, fundado por Carlos F. Chamorro en junio de 1996. Inició como un semanario impreso y hoy es un medio de referencia regional con información, análisis, entrevistas, perfiles, reportajes e investigaciones sobre Nicaragua, informando desde el exilio por la persecución política de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

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