6 de diciembre 2021
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Ante el riesgo que implica la nueva variante ómicron, que ha generado alarma mundial por sus múltiples mutaciones y la posibilidad de que sea más contagiosa que las demás cepas, el Gobierno de Nicaragua debe “rectificar” su posición ante el manejo de la pandemia de covid-19. El primer paso debe ser el reconocimiento de la cantidad de fallecimientos provocados por el coronavirus, seguido por el fortalecimiento de las medidas de prevención y la urgencia de la vacunación, consideró el epidemiólogo Leonel Argüello.
“Yo creo que a estas alturas es tiempo de rectificar. Ya todo el mundo sabe que existe el covid-19, todo mundo sabe que la gente se muere de covid-19, todo mundo sabe si hay problemas de atención -sanitaria- o no hay problemas de atención, todo mundo sabe que aunque informen un muerto semanal hay 22 casos más por cada uno; eso ya se sabe. No tiene ningún sentido seguir esa línea de abordaje que tiene el Gobierno y más bien, (debe) rectificar y ponerse al frente, que es lo que le corresponde; es su responsabilidad”, expresó el especialista durante una entrevista en el programa Esta Semana.
En noviembre, el Ministerio de Salud (Minsa) confirmó que en Nicaragua circulan las cuatro variantes de preocupación (VOC) y predomina la delta. Con la identificación de ómicron, la Organización Mundial de la Salud (OMS) llamó a los países a reforzar la vigilancia genómica. Sin embargo, hasta ahora, las autoridades sanitarias nicaragüenses han guardado silencio sobre qué acciones están tomando frente a la nueva cepa.
Argüello explicó que Nicaragua debe mantener una constante revisión de las variantes y si se identifica ómicron, el Minsa debe alertar a la ciudadanía para que maximice sus medidas de prevención. “El Gobierno tiene que tomar todas las medidas, si no tomás las medidas, estaríamos enfrentando que quiere normalizar el hecho de que se mueran (más personas)”, dijo.
No obstante, las autoridades de Salud han guardado silencio sobre hallazgos de variantes. No informaron que entre abril y octubre de este año las variantes gamma y delta predominaron en el país, según reveló un estudio científico en el que participó el Centro Nacional de Diagnóstico y Referencia (CNDR) y la Universidad de Michigan de Estados Unidos.
El epidemiólogo sostiene que gran parte de las muertes por covid-19 en el país eran evitables porque la enfermedad se puede prevenir. “Hay que rectificar y manejar esto de la manera correcta. No es normal que nos estemos muriendo de la covid-19. No es normal que nos estemos enfermando de la covid-19 si están todas las herramientas. Tenemos todas las herramientas para poder controlarla, pero no las estamos usando”, dijo.
El riesgo de una tercera ola
Entre agosto y septiembre pasados, el país atravesó una segunda ola de contagios de covid-19 que disparó las hospitalizaciones, provocó escasez de tanques de oxígeno y enlutó a cientos de familias. Todo ocurrió sin que el Minsa reconociera de forma oficial el rebrote, a la vez que el Gobierno mantuvo la promoción de aglomeraciones que facilitan la transmisión del virus y la aparición de variantes, incluyendo la ómicron.
Por tanto, explicó el epidemiólogo, es necesario que en el país se detengan las aglomeraciones, se eduque más sobre la pandemia y se apliquen las medidas de prevención en el desarrollo de actividades decembrinas, incluyendo en negocios privados, mercados, transporte público y todos los establecimientos. “Si no hacemos eso, vamos a lamentar y estamos, nosotros, a unos pasitos de la tercera ola en Nicaragua”, indicó.
Agregó que al no reconocer que se tiene "un desastre sanitario, económico”, es muy difícil que las medidas para contrarrestarlo se correspondan. “Es reconocer la magnitud del problema, enfrentar el problema con la magnitud que tiene”, expresó.
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Ómicron y la meta de vacunación
Sobre la variante ómicron hay más incertidumbre que certezas. Aunque fue clasificada como una variante de preocupación por el riesgo de ser más contagiosa, los científicos investigan más para conocer cuál sería el verdadero impacto de la nueva cepa.
Los escenarios pueden ser muy diferentes, señaló Argüello: Uno es que sea una variante más contagiosa, pero no más agresiva. Esto significaría que se tendrían muchos casos, los hospitales se llenarían, pero no habría tanta mortalidad. En el otro extremo está la posibilidad de que la variante resulte sumamente contagiosa, más agresiva y escape de la protección que ofrecen las vacunas, eso “sería un desastre”. No obstante, hasta ahora no hay estudios conclusivos sobre el comportamiento de ómicron.
La OMS ha dicho que en las próximas semanas se conocerán los avances de las averiguaciones científicas que están en desarrollo. Mientras tanto, la variante ya se ha identificado en una veintena de países, incluyendo México, Canadá, Brasil y Estados Unidos.
En el último mes, la vacunación contra la covid-19 se ha acelerado en Nicaragua, logrando cubrir al 34.6% de la población con ambas dosis -e incluyendo a quienes recibieron la Sputnik Light, de una sola dosis-. Sin embargo, no es suficiente para hacerle frente a las variantes, señala el epidemiólogo, ya que el país necesita y tiene la capacidad de llegar al 80% de cobertura del total poblacional.
Agregó que los refuerzos de los esquemas de vacunación son importantes, pero en un país donde se ha vacunado poco, se debe priorizar el objetivo de cubrir a la población restante para lograr la inmunidad colectiva.
