Logo de Confidencial Digital

PUBLICIDAD 1M

PUBLICIDAD 4D

PUBLICIDAD 5D

Luz del sol para el día, energía del sol para la noche

Otro proyecto de energía limpia nació hace casi 20 años en Totogalpa, departamento de Madriz

La energía solar representa una alternativa viable para llevar electricidad a las zonas rurales que están alejadas de las redes comerciales de electricidad. Foto de Confidencial

Álvaro Navarro

13 de diciembre 2015

AA
Share

En mayo de este año, Fátima Oporta encendió su televisor por primera vez. Antes no tenía energía eléctrica para alimentar el aparato. Su vivienda está ubicada en la comunidad El Platanal, en las profundidades del municipio de San Lorenzo (Boaco). La red eléctrica convencional no llega hasta aquí. Pero el Sol está en todas partes.

“Me gusta vivir en el campo. Yo lo que extrañaba era la luz, ahora me siento feliz, como que me siento igual que los que están en la ciudad”, asegura Oporta.


Ella y 40 familias vecinas cambiaron sus candiles de kerosén por bujías. Todo gracias al programa de energía limpia de la organización Grid Alternatives.

“Con el precio que nos vino logramos comprarlos, porque si lo hubiéramos comprado individual como los venden, quién sabe si lo hubiéramos logrado, porque son caritos y este no, nos benefició bastante”, dice.

Al inicio, la organización instaló un sistema completo de energía solar en la escuela primaria.

Ninfa Flores es maestra en este centro educativo y recuerda que “fue una sorpresa para la comunidad cuando nos llegaron a decir que venía un proyecto de paneles para la escuela. En la escuela no se cuenta con luz eléctrica, en toda la comunidad no tenemos acceso a vehículos. Nos emocionamos mucho, toda la comunidad se puso a ayudar a las personas que traían el material. Fue algo muy bonito: los niños se entusiasman porque hay clases de educación física o expresión cultural donde se necesita de bailes folklóricos, lo que no podíamos hacer porque no teníamos energía, pero ya con los paneles sí”.

Karla Estrada es gerente país de Grid Alternatives y afirma que los sistemas que instalan en los edificios comunitarios “no tienen ningún costo para las familias, ni para la gente en la comunidad, el costo es como de 7,000 dólares… Ese es el sistema estándar que instalamos en la escuela, y de eso no pagan nada las familias ni la comunidad, pero sí mantienen el compromiso de que esté la gente organizada y que haya un comité para cuidar el sistema. Que la gente apoye el cuidado y el uso del sistema y el mantenimiento”.

Estrada explica que los sistemas ubicados en cada hogar y en la comunidad tienen un costo real que supera los mil dólares, pero las familia aportan 300 dólares en total. “El resto para completar los mil dólares el organismo los subsidia”, asegura.

Con este proyecto de electrificación con paneles fotovoltaicos se transforman las condiciones socioeconómicas y de recreación para las familias. “Nos divertimos… ahora miramos televisión, antes no había porque ¿en qué lo íbamos a enchufar? Ahora hasta cargo el teléfono”, dice Ángel Oporta, habitante de El Platanal.

José Inés Somoza es agricultor en la zona y cree que en la comunidad ha habido “un cambio tremendo. Realmente maravilloso por el hecho que nos ahorramos de comprar el kerosene, diesel, y podemos alumbramos. Ahora nos sentimos muy alegres, agradecidos del proyecto que vino. Es una bendición de Dios que los haya traído a esta comarca”, insiste.

Con la llegada de los paneles solares, también se abren oportunidades para generar ingresos.

“A mí me gusta la repostería. Entonces eso me ha ayudado porque ya no lo hago a pura mano, eso me ha beneficiado mucho. Ya sus fresquitos los hace licuados uno, y todo eso ya ha mejorado porque antes no podíamos hacer eso. Era bien difícil para nosotros”, subraya Fátima Oporta, también habitante de El Platanal.

Otra familia --cuenta Karla Estrada, gerente país de Grid Alternatives-- compró una máquina para rasurar y cobran 20 córdobas a todos los que deseen cortarse el pelo.

Las Mujeres Solares

Otro proyecto de energía limpia nació hace casi 20 años en Totogalpa, departamento de Madriz.

En el kilómetro 212 de la carretera hacia Ocotal, el Grupo Fénix y la organización Mujeres Solares fabrican cocinas y paneles solares artesanales.

El nombre surgió, según Hilda López, “porque nos nació la idea de que así nos íbamos a llamar porque cocinamos con el sol, con energía solar, porque tenemos las cocinas los paneles aquí en la casita solar y en nuestras casas también cada quien tiene su panel solar”.

Las Mujeres Solares de Totogalpa brillan con luz propia. Tienen un restaurante que funciona casi totalmente con energía renovable. Todo excepto los freezers.

Jorge López es el responsable del taller solar. En este sitio construyen los paneles para iluminar las comunidades rurales de su municipio.

Explica que “el objetivo es beneficiar a las comunidades donde no hay energía, y promover la energía renovable. Aquí en el norte que es prácticamente el único lugar que hacen paneles artesanales.

Sólo el módulo que está aquí vale 220 dólares el módulo, y la instalación completa vale 670 dólares”, dice.

Este programa fue impulsado por la Dirección de Fuentes Alternas de Energía (DFAE), de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). Para Erika González de la DFAE, “esto era para brindarles una opción laboral a las comunidades para que ellos pudieran fabricar, tuvieran una manera de ser sostenibles y pudieran fabricar sus paneles y comercializarlos”.

De ese esfuerzo nació Suni Solar, una empresa exitosa en la industria de la generación de energía limpia.

“Suni solar tiene 16 años de estar en el mercado. Ha venido por etapas. Primeramente trabajábamos con los paneles construidos de manera artesanal, después cambiamos a una siguiente etapa trayendo paneles importados certificados que es donde se da el desarrollo del proyecto. Ahora vamos a llegar a Juigalpa, El Ayote, Santo Domingo, La Libertad, zonas que no había energía y el último punto de red estaba a 60, 80 kilómetros. Nosotros fuimos rompiendo brechas para ir sustituyendo el candil por paneles fotovoltaicos”, subraya Rodolfo Ráudez, de Suni Solar.

Además, el taller de Totogalpa sirve de escuela para jóvenes voluntarios extranjeros como la estadounidense Margaret Slattery.

“En Estados Unidos tenemos muy grandes instalaciones que producen mucha energía, pero aquí es una oportunidad para traer la energía a familias que no la tenían porque no fueron conectadas a la red. Me gusta porque son hechos en la misma comunidad donde trabajan”, dice Slattery.

Un proyecto país

Los proyectos de El Platanal y Totogalpa son solo dos muestras de los esfuerzos que se realizan en el país para ampliar la cobertura energética, y del cambio en la generación de energía a base de petróleo, por las fuentes renovables.

Según el Ministerio de Energía y Minas, en los últimos ocho años, Nicaragua incrementó considerablemente la producción de energía de fuentes eólicas, geotérmicas, hidroeléctrica, biomasa y solar.

Datos de la Agencia de Inversiones ProNicaragua, muestra cómo en el 2006, el 70% de energía era generada por búnker y solo el 30% de fuentes renovables. En el 2014, la matriz de generación se invirtió y las fuentes renovables despacharon el 54% de la energía, mientras que solo el 46% provenía de combustibles fósiles. Se prevé que para el 2018, las fuentes de energía limpia producirán el 74% de la electricidad que demanda el país, mientras que solo el 26% será energía térmica.

“La tecnología solar no existía hace 20 años prácticamente (…) antes era muy difícil porque la gente no creía en la energía solar. Ahora gracias a Dios tenemos más de 90,000 viviendas utilizando paneles solares”, asegura Vladimir Delagneau, de Tecnosol.

Para Jaime Muñoz, presidente de la Asociación Renovables, “la energía solar es la más asequible, digamos para las familias pobres, porque es más conocida… y también a pequeña escala es la más barata. Una familia puede tener un panel solar con 300 dólares, con 200 dólares (…) recordemos que las otras fuentes de energía como la hídrica, la eólica, son energías que tiene que haber ese recurso en la comunidad y la energía solar requiere solo del Sol”.

Sin olvidar a esas comunidades pobres y alejadas, las empresas comerciales también centran sus expectativas en las grandes inversiones que se desarrollan en el país.

“En Managua se están construyendo dos o tres edificios de apartamentos que ocuparán mucha energía porque van a tener una red de agua caliente y desde ahí tienen un gran requerimiento de su sistema energético que además de toda la luminaria y de los elevadores que demandan alta concentración de energías. Por ejemplo El Centro Comercial Galerías está ampliando sus instalaciones, y va a demandar mucha mayor capacidad energética. Estos proyectos vienen a balancear la disponibilidad energética a través de la compañía de luz, con lo que va creciendo la instalación de proyectos de energía renovable”, afirma Rodolfo Ráudez, de Suni Solar.

Tanto las empresas como los proyectos comunitarios, coinciden en la importancia de estas nuevas fuentes de electricidad para el ahorro.

“Por ejemplo el año pasado hubo un proyecto con la Universidad Central de Nicaragua (UCN), donde se instaló un sistema de 35 kilowatts que viene a paliar un poco la gran facturación que ellos tienen y están teniendo un ahorro actualmente del 48% de su factura”, insiste Ráudez.

Actualmente, un panel solar para abastecer a una familia promedio, con capacidad de generar unos 60 watts, se cotiza entre 400 y 600 dólares. La banca nacional tiene fondos disponibles para incentivar la adopción de energía limpia.

“Ahora tenemos una gama bastante amplia de financiamiento a través de productos financieros que tienen los bancos y nosotros tenemos alianza con ellos, también tenemos alianzas con diferentes microfinancieras, sobre todo para gente del campo ya sean sistemas pequeños que andan desde 50 dólares o 100 dólares, 200 hasta 500 y así va subiendo en dependencia del tamaño del panel y de la cantidad de luces que tenga”, explica Delagneau, de Tecnosol.

El proyecto desarrollado en la UCN, según Rodolfo Ráudez, de Suni Solar, “es con los Fondos Verdes. El BANPRO financió a la universidad y no solamente en el sistema fotovoltaico, sino que también hizo una sustitución completa de luminarias fluorescentes a luminarias LED, sustitución de aires acondicionados, cambio en la infraestructura de los ventanales del edificio, y el complemento de la instalación del sistema fotovoltaico pensamos que pudo haber una inversión ahí de unos 150,000 dólares. En cuatro años y medio el banco va a recuperar todo lo que invirtió esta Universidad, y es altamente rentable”, dice.

Mientras las empresas y familias que ya cambiaron su sistema energético recuperan lo invertido, el proyecto de las Mujeres Solares de Totogalpa se esfuerza por expandir la cobertura de las cocinas y paneles solares al resto de comunidades vecinas.

“Como esta comunidad ya la vimos que está desarrollada y que es prácticamente auto sostenible, entonces ya es un proyecto exitoso. Como universidad, nosotros requerimos replicar esa experiencia. Desde el año pasado entramos a la comunidad de Santa Rita, (Niquinohomo), donde también se ha formado un grupo de mujeres a las que hemos llevado proyectos de sistemas fotovoltaicos de paneles pero para cargar celulares”, concluye Erika González, de la Dirección de Fuentes Alternas de Energía de la UNI.


Archivado como:

PUBLICIDAD 3M


Tu aporte nos permite informar desde el exilio.

La dictadura nos obligó a salir de Nicaragua y pretende censurarnos. Tu aporte económico garantiza nuestra cobertura en un sitio web abierto y gratuito, sin muros de pago.



Álvaro Navarro

Álvaro Navarro

PUBLICIDAD 3D