11 de septiembre 2021
AA
“Sofía” se sintió aliviada cuando el Ministerio de Salud (Minsa) le confirmó que su resultado covid-19 era negativo. Tenía casi una semana alejada de sus hijas por precaución, pero al saber que la sinusitis y cefalea que percibía era un cuadro gripal tradicional, acudió a verlas y visitó a su mamá. La situación dio un giro inesperado dos días después de saber su diagnóstico, cuando el Minsa la llamó para disculparse porque se habían equivocado: era positivo.
- Un hospital de Managua y otro de Estelí suman 30 muertes diarias por covid-19
- Sobreviviente de covid-19 relata “sus horas más duras” con la enfermedad
Inmediatamente “Sofía” sintió remordimiento de haber estado con sus hijas y su mamá. El estrés se disparó. Se sentía mal por la posibilidad de haber contagiado a otra persona sin saberlo. Recordó que jamás se quitó la mascarilla y en todo momento guardó las medidas de prevención, pero el riesgo de contagio existe, contó a CONFIDENCIAL bajo anonimato.
La confusión, le explicaron, se originó porque había dos personas con nombres iguales y los resultados, al parecer, los comunicaron intercambiados. Los pacientes no tienen acceso a sus resultados en físico porque el Minsa solo entrega el documento a las personas que lo necesitan como requisito de viaje, y por el cual deben pagar 150 dólares. Quien la llamó le dijo: “nos confundimos con tu resultado (...) era positivo y te habíamos dicho negativo”.
Los síntomas de “Sofía” iniciaron el domingo 29 de agosto, percibió un fuerte dolor de cabeza y tenía la nariz congestionada. Tomó azitromicina y se práctico exámenes de sangre que mostraban que una infección iniciaba. Acudió a su clínica previsional y la médico le dijo que todos los síntomas revelaban covid-19. Le hicieron el hisopado el miércoles y 48 horas después le dijeron que no se había contagiado.
El sábado aún sentía dolor de cabeza. Se sorprendió al ver a una trabajadora del Minsa en la puerta de su casa. La médica llegaba con la seguridad que ella tenía covid-19 y debía cumplir el tratamiento, pero “Sofía” le explicó que su caso era falsa alarma —eso creía hasta ese momento—. La médica le respondió que habían resultados que salían “falsos positivos o falsos negativos”, y que la orientación era darle seguimiento.
Le explicó que, aunque su resultado era negativo —hasta ese momento—, tenía los síntomas de la covid-19, pero se encontraba estable. A esos casos les denominan 'covid leve', le expresó. Después consultó quiénes vivían en su casa y cuáles habían sido sus contactos más cercanos. Le midió la saturación de oxígeno, y le entregó ivermectina para su esposo y en el caso de las niñas, le aseguró que no corrían peligro, aunque los menores también se infectan.
Aumento de casos merma capacidad del Minsa
La trabajadora de Salud le especificó que la visita tendría que ser diario, pero con tantas personas contagiadas no podía cumplir, y como su condición era estable, no sería necesario que llegara tan seguido. El último informe del Minsa reportó unos 615 nuevos casos, la cifra más alta registrada desde que inició la pandemia, en marzo de 202o.
Aunque “Sofía” sabía que su caso supuestamente era negativo, se extrañó de porqué continuaba experimentando síntomas que no son propios de una gripe, como alteración en su presión arterial, el dolor de cabeza ininterrumpido y las secreciones transparentes. Sabía que había un riesgo real de haber contraído el virus porque en su trabajo una colega descubrió en un viaje exprés que era asintomática, y días antes había estado con ellos. Contagió a seis personas, ahora incluida “Sofía”.
Actualmente la joven de treinta años está en casa, aislada de todos y con una presión en el pecho. “Es algo que se une la garganta con el pecho y siento una presión, como que aquello estuviese con flema, pero no sacás nada con la tos”, describe la joven. La cefalea ha disminuido y en general asegura sentirse bien. Sigue pensando en su familia y en las personas a quienes saludó con un diagnóstico errado.
