Muere Guillermo Rothschuh Tablada, el poeta de Chontales

Guillermo Rothschuh Tablada, uno de los grandes poetas y maestros en la historia de Nicaragua, murió a sus 96 años este domingo 6 de noviembre en su natal Juigalpa, en el departamento de Chontales, informó en un comunicado su familia.

El poeta Rothschuh Tablada es recordado como un intelectual generoso que dejó huella en generaciones de estudiantes, tanto en el Instituto Nacional de Chontales Josefa Toledo de Aguerri, como en el Instituto Nacional Central Miguel Ramírez Goyena en Managua. En el primero se desempeñó como director entre 1949-1953; y en el segundo fue director entre 1953 y 1958.

Fundó el Clan Intelectual de Chontales, desarrolló proyectos de bibliotecas infantiles y también un magisterio enriquecido por su don de gente, su conocimiento enciclopédico, su memoria y buen humor. En 2010 recibió el premio nacional al magisterio Luisa Mercado y ese mismo año le fue conferido el premio doctor honoris causa de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua-Managua (UNAN).

Sergio Ramírez Mercado, Premio Cervantes de Nicaragua y quien  reconoció la obra del poeta desde la Fundación Luisa Mercado, destacó la trascendencia del trabajo intelectual del fallecido. "Guillermo Rothschuh trascendió en la poesía, la educación y la cultura nicaragüense del siglo veinte, y fue un hombre de iniciativas libres que desafió los moldes de su tiempo".

En 2016, Rothschuh Tablada fue homenajeado por el Festival Internacional de Poesía de Granada por la calidad de su obra. Para el poeta Anastasio Lovo, su partida  deja un vacío que “nadie puede llenar”.

Lovo considera que el maestro fue el fundador de la “aldea llamada Juigalpa”, porque con él, por primera vez, salió un chontaleño de esas dimensiones a nivel nacional e internacional.

“Llevó a Catarrán (personaje chontaleño) a la inmortalidad con su texto. También destaco su labor pedagógica, fue quien trajo los liceos agrícolas en Nicaragua. Guillermo nos enseñó la palabra libertad”, opinó Lovo.

También reaccionó el escritor León Núñez, para quien el poeta fue la "personalidad intelectual más grande que dio Chontales".

No habrá ningún tipo de ceremonia

Según el pronunciamiento familiar tras el fallecimiento del intelectual, no se realizará ningún tipo de ceremonia en respeto a la voluntad del poeta. En el comunicado agradecieron también al personal médico local, de quienes dijeron estuvieron prestos “a atenderle en todo momento”.

Sus honras fúnebres se realizarán en la casa de los Rothschuh Villanueva, ubicada en la Calle Palo Solo, que estará abierta a partir de las 10 a. m. del 7 de noviembre para todos aquellos que quieran acercarse y expresar sus condolencias de manera personal.

Su hijo Jorge Eliécer Rothschuh Villanueva retrató en julio pasado en sus redes sociales al poeta, quien poco salía de su casa a su avanzada edad, pero destacó la magia que hacía la lectura en su memorioso padre. “Cuando lee regresa al universo de soles y aventuras culturales que acompaña sin prisa. Con fidelidad sobrevive”, dijo entonces.

“Su hija y sus hijos viven confiados al avance saludable del tiempo, al retorno de la noche estrellada y el nuevo amanecer. Ese es él. Juigalpa y sus entrañas. Chontales y su paisaje. Ese es él. Casa por casa, por mucho tiempo cada acera recorrió de un lado a otro de la calle juntando, construyendo, diseñando con el pueblo nuevas etapas formativas, buscando el color justo y exacto que ascendiera como inmensa flama en la provincia. Ese es él”, leyó Jorge Eliécer, según una publicación de su cuenta en Facebook.

Es autor de cinco libros de poesía: Poemas Chontaleños (1960), Cita con un árbol (1965), Veinte elegías al Cedro (1974), Quintento a Don José Lezama Lima (1978), Letanías a Catarrán (1985) y Tela de Cóndores (2005).

Juigalpa siempre estuvo presente en la obra del maestro como recordó el mismo Lovo en un texto en el diario La Prensa, publicado durante 2020 en ocasión de los 60 años de “Poemas chontaleños”, en que Rothschuh Tablada declaró su amor a la ciudad, luego de compararla con una “vaca echada”. “Yo no, yo amo su extensión, su pajonal, su baba, su overa sombra que cubre a blancos y jueranos”, se lee en el poema.