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El impacto de la pandemia sobre las remesas en Nicaragua y América Latina

En 2020 se proyecta caída de -5% de las remesas en Nicaragua, recibiendo $75 millones menos, con una caída mayor del turismo, la economía caerá en -2%

Un hombre aborda un bus en Managua en medio de la epidemia del coronavirus. EFE

Manuel Orozco

23 de marzo 2020

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La pandemia causada por el Covd-19 está creando estragos y consecuencias económicas en todo el mundo.  Las proyecciones económicas de crecimiento en la región son de -1.6%, sin embargo, esto variará de acuerdo a cada país.  Hay que considerar que el impacto de esta crisis se sentirá más fuerte sobre los inmigrantes que trabajan en Estados Unidos, España, y otros países afectados por la transmisión.[1]

Tres grandes consecuencias relacionadas con la migración incluyen el efecto en la salud de los inmigrantes, el aumento en el desempleo y la reducción en el envío de remesas, y las consecuencias económicas en los países y hogares receptores afectados directamente.

La salud de los inmigrantes


Además de ser económicamente vulnerables, los inmigrantes latinoamericanos carecen de protección médica y buena salud.  A pesar de ser más jóvenes, con 86% entre las edades de 21 y 70 años, 20% no tienen seguro médico en Estados Unidos. Entre los inmigrantes indocumentados en situación irregular, el porcentaje es de casi cuarenta por ciento (39%).  Una de las consecuencias de esta situación estriba en que al momento de enfrentar una enfermedad no reciben tratamiento adecuado.  Los migrantes padecen de enfermedades crónicas de corto plazo, como alergias (18%), tos (23%), fiebre (26%), dolores de cabeza (30%) o síntomas relacionados con la influenza (45%).  El gran problema es que ante la carencia de seguro médico y poseer ingresos menores que el resto de la población, la mitad de los inmigrantes buscan automedicarse en vez de visitar un doctor.  Esta situación se agrava por la vulnerabilidad a la que están expuestas los inmigrantes frente a esta pandemia: la Fundación Kaiser estima que 16% de aquellos menores de 70 años estarán expuestos a la pandemia.[2]  Sin embargo, a diferencia del ciudadano promedio, los inmigrantes que son más jóvenes que el promedio de ciudadanos en Estados Unidos, tienen menos acceso a salud y prevención. Esto último es importante porque aunque el número de migrantes estará menos expuesto a enfermarse, el que está expuesto sufrirá mas riesgos debido al menor acceso a cuidado médico.

La recesión económica y las remesas

Las proyecciones económicas ya están alertando sobre una caída de al menos -2% del crecimiento económico en Estados Unidos que causará tres millones de desempleados[3], de los cuales 18% son migrantes de América Latina y el Caribe, 595,000 trabajadores.  Esta situación resalta las lecciones de la crisis económica del 2009, en la que las remesas cayeron en 12% con un desempleo del 9%. En un estudio realizado sobre la crisis del 2009 mostramos que el promedio enviado cayó en -5% y la frecuencia de envío disminuyó en 20%.  También que 60% de los desempleados dejaron de enviar dinero.[4]

Frente a la situación actual, con una caída del empleo no tan severa pero seria, estimamos que las remesas caerán en -3% en Estados Unidos,  de US$77 mil millones en 2019 a US$75 mil millones, sin calcular el daño a quienes sean directamente afectados por el virus.

Las consecuencias para América Latina y Nicaragua

La caída de las remesas en este momento va a golpear a muchos países en la región en un momento que el crecimiento económico ya era débil de por si.  La CEPAL ya había establecido que las remesas habían contribuido a prevenir que la región entrara en recesión. Sin embargo, ahora la proyección (ver cuadro abajo) es de un millón de hogares en América Latina y el Caribe que dejarán de recibir remesas de todo el mundo.

Este golpe será mayor en aquellos países con mayor dependencia, como Haití, Honduras, Nicaragua y Venezuela.  Para el caso de Haití y Honduras, hay un fuerte efecto en su crecimiento económico.  Ambos dependen de 36% y 22% del PIB.  Haití en 2019 sufrió una caída del -0.7 frente a un incremento de remesas de $150 millones previniendo que la economía tuviera más de -2% de caída.  De igual forma, Honduras, cuyo crecimiento fue del 2.9% en el 2019 lo logró gracias a las remesas con un incremento de $650 millones, se hizo cargo de más del 80% del crecimiento económico hondureño.[5]

El caso de Nicaragua es preocupante pues en el 2019 sufrió una caída de -5.3% en la que las remesas fueron el único indicador macroeconómico positivo con un incremento de US$200 millones sosteniendo a mas de 700,000 hogares que estaban lidiando con una crisis económica causada por la ingobernabilidad del régimen de Daniel Ortega. La economía de Nicaragua, como la de Venezuela, ha sufrido daños fuertes, en donde su PIB de US$12.3 mil millones en el 2019 era igual al de 2015, pero que en términos per capita es igual al 2013.  Con una caída fuerte de -5% de las remesas en Nicaragua, recibiendo $75 millones menos, y mayor caída del turismo y otros factores económicos, la economía caerá en -2%, a ingresos per capita de 2012, a $1700 anuales—con el 65% de los Nicaraguenses viviendo de menos de $100 mensuales.

La caída de las remesas se tiene que entender en términos del impacto sobre los hogares.  En estos países con una contracción del 5% de hogares que dejen de percibir remesas, y una contracción economica regional del -1.6%, las condiciones de recuperación son difíciles y requieren de intervención pública y privada inmediata.  Esta situación es aun mayor en aquellos países cuyos sistemas de salud son precarios.  Los expertos medicos han advertido que “una vez que el virus se expanda en comunidades pobres, en lugares donde el agua y otros sistemas de drenaje estén ausentes, podría crear una crisis humanitaria.”[6]  Países como Bolivia, Haití, Honduras, Venezuela, Nicaragua entre otros se encuentran en esa categoría en este momento.

La urgencia del problema requiere medidas radicales con intervención múltiple de todos los sectores sociales e internacionales.

[1] Una version en ingles completa de este articulo esta en https://www.thedialogue.org/wp-content/uploads/2020/03/Migration-remittances-and-the-impact-of-the-pandemic-1.pdf

[2] https://www.kff.org/global-health-policy/issue-brief/how-many-adults-are-at-risk-of-serious-illness-if-infected-with-coronavirus/

[3] Bivens, Josh, “Coronavirus shock will likely claim 3 million jobs by summer,”  https://www.epi.org/blog/coronavirus-shock-will-likely-claim-3-million-jobs-by-summer/

[4] Orozco, Manuel. Understanding the continuing effect of the economic crisis on remittances to Latin America and the Caribbean, Washington, DC, IADB, 2009.

[5] Orozco, Manuel. REMITTANCES TO LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN IN 2019,  Emerging Challenges    https://www.thedialogue.org/wp-content/uploads/2020/03/Remittances-to-the-LAC-2019_Emerging-Challenges-1.pdf

[6] Latin America Isn’t Ready for the Virus Onslaught Headed Its Way, https://www.bloomberg.com/news/articles/2020-03-20/latin-america-isn-t-ready-for-the-virus-onslaught-headed-its-way.


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Manuel Orozco

Manuel Orozco

Politólogo nicaragüense. Director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo de Diálogo Interamericano. Tiene una maestría en Administración Pública y Estudios Latinoamericanos, y es licenciado en Relaciones Internacionales. También, es miembro principal del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, presidente de Centroamérica y el Caribe en el Instituto del Servicio Exterior de EE. UU. e investigador principal del Instituto para el Estudio de la Migración Internacional en la Universidad de Georgetown.

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