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El secuestrador enseñó una “prueba de vida”

Ahora Ortega debe abrir las cárceles a la CIDH y OACNUDH para que supervisen la liberación de todos los presos políticos

La carta abierta

1 de septiembre 2022

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Este miércoles 31 de agosto, la dictadura de Daniel Ortega presentó por primera vez, después de 444 días de aislamiento en celdas de confinamiento solitario, a las presas políticas de Unamos, Dora María Téllez, Ana Margarita Vijil, Tamara Dávila y Suyen Barahona.

Las reas de conciencia fueron exhibidas en una supuesta “audiencia judicial informativa” ante los medios oficialistas, en la que no estuvieron acompañadas por un abogado defensor, y tampoco tuvieron ningún derecho de ejercer la palabra.


En la misma jornada presentaron a los reos de conciencia Félix Maradiaga, Róger Reyes, Juan Lorenzo Holmann, Luis Rivas Anduray, Álvaro Vargas, e Irving Larios.

Y el día martes fueron presentados ante el mismo magistrado Octavio Rothschuh, presidente del Tribunal de Apelaciones de Managua, los presos políticos Juan Sebastián Chamorro, Miguel Mora, Medardo Mairena, Lesther Alemán, Max Jerez, Michael Healy, Marcos Fletes, Walter Gómez, Pedro Vázquez, y José Antonio Peraza.

El régimen todavía sigue ocultando a los presos de El Chipote, Violeta Granera, Miguel Mendoza, María Oviedo, Pedro Mena, Freddy Navas, Yader Parajón y Alex Hernández, y a los cuatro sacerdotes y tres seminaristas de la Iglesia católica, pero lo que vimos no fue en verdad una audiencia judicial, sino una “prueba de vida” presentada por los secuestradores que han encarcelado a toda Nicaragua. Pero Daniel Ortega y Rosario Murillo solamente han enseñado a los presos políticos, después que sus familiares han denunciado la política de hambre, aislamiento y tratos crueles que prevalece en las cárceles de El Chipote y que en febrero del año pasado provocó la muerte del general en retiro Hugo Torres.

Del lado de los secuestradores vimos una exhibición de cobardía y crueldad, al exhibir a reos de conciencia, pálidos, demacrados, con una visible pérdida de peso, que fueron denigrados por la prensa oficialista, a pesar de que todos son inocentes y se les niega el derecho a la defensa.

Y del lado de los presos y las presas políticas, hemos visto una lección de coraje y valentía, de parte de personas que han estado sometidas a torturas durante más de un año, y que han comparecido con su dignidad intacta ante sus verdugos.

Los excluyeron de la competencia electoral e intentaron silenciarlos durante más de un año en las cárceles de El Chipote. Intentaron borrarlos de la memoria nacional, al impedir la publicación de fotografías, audios o videos de los presos, y hasta le prohibieron el contacto con sus hijos menores y adolescentes. Pero la sola publicación de estas fotografías y la dignidad que irradian los presos políticos, simboliza el fracaso moral de la dictadura Ortega-Murillo, y ha tenido un inmediato impacto moralizador.

El propósito de este simulacro judicial oficiado por el magistrado Rothschuh, era llenar un trámite formal para advertir a los presos de que a pesar de sus recursos de apelación, serán condenados por una sentencia firme de la sala penal de la Corte Suprema de Justicia. Sin embargo, los presos políticos siguen representando la esperanza del cambio en Nicaragua. Todos son inocentes, y por lo tanto, sus juicios espurios deben ser anulados, para que recuperen plenamente su libertad y sus derechos políticos.

Mientras tanto, el régimen debe suspender ya la tortura y el aislamiento en las cárceles de El Chipote y permitir el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Comisión de Expertos Independientes de la ONU.

Como las mafias criminales, los secuestradores solamente han enseñado una “prueba de vida” de las víctimas que mantienen en cautiverio. El siguiente paso es que Ortega y Murillo permitan el ingreso a las cárceles de las comisiones internacionales de derechos humanos, para que puedan verificar la condición en que se encuentran los presos políticos y gestionar su liberación incondicional, para empezar a restablecer la libertad de todos los nicaragüenses.

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Carlos F. Chamorro

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Fundador y director de Confidencial y Esta Semana. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, de Casa América Cataluña (España). En octubre de 2010 recibió el Premio Maria Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. En 2021 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística.

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