LA ENCRUCIJADA DE PARIS

Las negociaciones sobre un nuevo acuerdo global sobre el clima, entran en su recta final en París, ciudad en la que gravita un sentimiento post traumático por los acontecimientos del pasado 13 de noviembre, de todos conocidos, lo cual no deja de ser una sombra omnipresente que inevitablemente incorpora un elemento nuevo a la negociación, que no figuraba en los cálculos de nadie.

Veintiún años de negociaciones climáticas, marcados por sucesivas frustraciones incluyendo la de Copenhague, generan entre los participantes una mezcla de desesperanza e ilusión de último momento, aferrándose a la remota posibilidad que las naciones poderosas reaccionen y produzcan el milagro de ceder a la razón y la ciencia.

Los esfuerzos denodados de Laurent Fabius, Ministro de Relaciones Exteriores de Francia, quien preside la conferencia, han sido reconocidos públicamente por la inmensa mayoría de los países del mundo, todos miembros de la Convención, sin embargo los borradores de acuerdo generados hasta ahora muestran avances insuficientes, excedido ya el plazo oficial para firmar un acuerdo legalmente vinculante que satisfaga las necesidades de los países receptores de los daños y las obligaciones de las potencias, principales causantes del mismo, en el marco de la Convención de Cambio Climático.

La espera en París se tensa, agravada por el rostro endurecido y cansado de los negociadores que se desplazan raudos y agotados por “Le Bourget”, la provisional y enorme infraestructura construida especialmente para la ocasión, sobria por fuera, pero que no abandona el tradicional glamur parisino en su interior.

Dentro de los principales temas que dificultan alcanzar acuerdos están: la “diferenciación” entre países, que expresa que todos los países compartimos responsabilidad en haber causado el cambio climático, pero quienes han hecho un uso más intensivo de fuentes de energía a base de petróleo, históricamente tienen mayor responsabilidad del calentamiento global y por ende de resarcir el daño causado. Este hecho reconocido por la Convención de Cambio Climático hace más de 20 años, sigue siendo hoy, quizás el escollo principal para alcanzar un acuerdo que satisfaga a todas las partes.

Si lo mencionado resulta obvio, debe resultar elemental que los principales responsables históricos del calentamiento global, son quienes lograron su acumulación de capitales y poder usando y abusando de energía proveniente del petróleo y deben ser a la vez, los principales responsables de contribuir a su remediación, comenzando por limitar sus emisiones de anhídrido carbónico proveniente de la quema de hidrocarburos, principal fuente del calentamiento global.

Como todos sabemos, cada vez que se intensifican los conflictos en Oriente Medio se disparan los precios de los combustibles. Extrañamente, en esta ocasión el conflicto alcanzó límites mayores que en otras ocasiones recientes, pero de forma sospechosa, los precios de los combustibles han venido a la baja y alcanzaron su nivel mínimo exactamente en la semana que dio inicio la Conferencia de París.

Coincidencia o no, la baja de los precios de los combustibles y el ambiente de extrema seguridad que impera en París han bajado la presión social sobre la negociación, y limitan el sentido de urgencia y ambición por lograr un acuerdo ambicioso y legalmente vinculante, piedra angular para limitar el calentamiento global por debajo de 1.5 grados centígrados, cifra establecida por la máxima instancia científica mundial en el tema (Panel Intergubernamental de Cambio Climático) para mantener las condiciones de vida de la especie humana tal como las conocemos hoy.

Desde Copenhague en 2009, se debía alcanzar el acuerdo esperado de conformidad con los acuerdos de la misma Convención. Como sabemos, no llegó a ocurrir, y por el contrario, se difirieron los compromisos por una década. Dado que los Acuerdos de París están supuestos a entrar en vigencia en el 2020 ¿será que el resultado de París trasladará las responsabilidades una década más para cuando ya sea tarde?

París, 11 de diciembre del 2015.