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La Nicaragua del vivir bonito

Ortega entrega migajas que él considera que deben agradecerse y no derechos que deben respetarse

Azahálea Solís Román

28 de junio 2016

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I. Día del Orgullo

Hoy es el Día del Orgullo Gay y como es característico en este régimen expropiatorio de bienes, símbolos, banderas e historia, desde hace tiempo también ha querido ser el dueño de esta celebración, entregando, igual que a otros colectivos y sectores, migajas que deben agradecerse y no derechos que deben respetarse.


En la Constitución Política de la República, entre otros derechos relacionados con la familia, se establece que esta es el núcleo fundamental de la sociedad, titular de derechos fundamentales, con derecho a la vida privada, a constituirla sin limitaciones normativas, a la protección del patrimonio familiar inembargable y exento de cargas públicas. Equipara el matrimonio y la unión de hecho estable. Tiene el Estado la responsabilidad de eliminar los obstáculos que impidan la igualdad social.

También se establece el derecho de la persona detenida a informar a su familia, la no autoincriminación (exoneración de declarar contra el cónyuge o compañero en unión de hecho estable o familiares próximos), el derecho a una vivienda digna para la familia, la inembargabilidad del salario mínimo y las prestaciones sociales, excepto para protección de la familia, los beneficios de la seguridad social por invalidez, vejez, riesgos profesionales, enfermedad y maternidad y a la familia en casos de muerte de la persona asegurada. La participación de la familia en la educación y la excepción a la inmunidad de los funcionarios públicos en causas relativas a los derechos de familia.

Pues bien, NINGUNO de esos derechos se garantiza a las personas de la diversidad sexual en el Código de Familia.

En ese código se violenta el principio de protección a la familia, el derecho a constituir familia, la supremacía constitucional, la aplicación inmediata de los derechos humanos, la libertad individual, el derecho a la diversidad, el derecho a la privacidad personal y familiar, derecho a la vida familiar, derecho a la inviolabilidad del domicilio, derecho a la libertad de conciencia y religión, derecho a la libertad de pensamiento y expresión y el derecho a la vida privada.

II. Respeto a los pueblos originarios y afrodescendientes

En la Constitución Política de la República se ha establecido entre sus principios que la nación nicaragüense tiene como tales la libertad, la justicia, el respeto a la dignidad de la persona humana y la libre cooperación internacional. También se señala -en la reforma constitucional que hizo el orteguismo-, el reconocimiento de los pueblos originarios y afrodescendientes.

El sábado conocimos de la detención de unos jóvenes ambientalistas de origen español, mexicano, argentino y costarricense, que estaban “cometiendo el atroz delito de agarrar la vida en serio”. Ayer hemos visto como se les ha sacado del país.

En los días transcurridos fuimos testigos de las injurias y calumnias que se vertieron contra ellos, vimos las fotos del vehículo policial que los llevó de La Fonseca a Nueva Guinea, pudimos ver el cerco de antimotines que se colocó ante el departamento de policía del mismo municipio, pero…no estaban detenidos.

No estaban detenidos, dijo una funcionaria, como, sin rubor, dijo otra que un detenido anterior se autogolpeó. No estaban detenidos, estaban en libertad, pero…nadie los pudo ver, ni abogados, ni promotores de derechos humanos, ni personal diplomático.

No estaban detenidos, están en libertad dijeron, pero nunca los mostraron y en horas de la noche los sacaron por fronteras distintas y alejadas, sin ni siquiera informar al personal diplomático que lo demandaba.

Se penalizó la cooperación internacional, se violentó la libertad, la justicia y la dignidad, ¿y el respeto a los pueblos originarios afrodescendientes? Se mostró en la soledad de un galerón migratorio en un puesto fronterizo inusual para viajar de Managua hacia Costa Rica, sacando escondidos y sin aviso a los jóvenes, como era costumbre sacar en otros tiempos, en los tiempos del somocismo.

III. La amada Pachamama

El régimen orteguista de repente satura con edulcorados mensajes para la Pachamama, dicen que asumen íntegramente el texto íntegro de la Declaración Universal del Bien Común de la Tierra y de la Humanidad. Pero a la Caravana del Bien vivir la criminalizó.

En la reforma constitucional orteguista establecieron que el bien común supremo y universal, condición para todos los demás bienes, es la Madre Tierra. La cual dicen debe ser amada, cuidad y regenerada. Por eso en Nicaragua, según lo que escribieron en la Constitución, “debe adoptar patrones de producción y consumo que garanticen la vitalidad y la integridad de la madre tierra, la equidad social en la humanidad, el consumo responsable y solidario y el bien vivir comunitario”.

Pero, qué sucede en realidad, se aprobó la inmoral Ley 840, se han otorgado centena de concesiones mineras y se criminaliza la construcción de hornos amigables con el medio ambiente.

Los hornos de hacer pan que consumen menos leñas para proteger el medio ambiente se convirtieron por paranoica voluntad del orteguismo en peligrosos instrumentos y los jóvenes que enseñaban como hacerlo merecieron una curiosa detención en libertad y una real expulsión después de haber estado desaparecidos e incomunicados.


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Azahálea Solís Román

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