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Ortega vs. OEA: obligadas referencias históricas  

Con la confiscación de la sede de la OEA, solo le ha dado categoría internacional a su práctica de confiscaciones de propiedades y libertades

Experto explica ilegalidades cometidas por Daniel Ortega para apropiarse de bienes inmuebles en Nicaragua

3 de mayo 2022

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Cada vez que el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo tiene algún enfrentamiento político con la OEA, utilizan términos descalificativos en su contra. El más común de todos es original del difunto excanciller cubano Raúl Roa, quien la calificó como “el ministerio de colonias del imperialismo”. 

En agosto de 1960, al renunciar a ese organismo por haber callado ante las denuncias de agresión recibidas por su país de parte de Estados Unidos, y “los Gobiernos dejaron sola a Cuba” ante el agresor, las últimas palabras de Roa fueron: “Me voy con mi pueblo, y con mi pueblo, se van también los pueblos de nuestra América.”


Las circunstancias políticas aquellas no son semejantes a las actuales, ni Arturo McFields tiene nada en común con Roa, aparte de que ambos fueron representantes de su país ante la OEA. 

Los pocos años que Roa funcionó como canciller en la OEA, los pasó denunciando la complicidad de este organismo con el país agresor del suyo. Por su parte, McFields  renunció denunciando al gobierno dictatorial del país que él representaba. McFields se fue de la OEA llevándose consigo la representación política y moral del pueblo nicaragüense, agredido dentro en su propia tierra. 

Semejanza no significa igualdad. Tampoco hace falta discutir las razones de Cuba ni las de sus agresores, porque la historia las tiene patentizadas en sus páginas tal cuáles con suma claridad, y cuando se quiere leer correctamente, no hay confusión posible, solo queda tomar una posición política.

II

Hemos recordado lo anterior, ahora que el régimen orteguista quiso cubrir con su “valiente” extrema medida de ocupar militarmente la sede la OEA la desazón que le causó la denuncia-renuncia de McFields . Pero solo ha logrado exhibir ante el mundo su mediocridad política y el primitivismo de sus acciones, tal como lo hace dentro del país en contra de sus adversarios políticos. Con la confiscación de la sede de la OEA, solo le ha dado categoría internacional a su práctica de confiscaciones de propiedades y libertades de los nicaragüenses. 

Significa mucho para el patriotismo conocer las razones históricas de Nicaragua con respecto a las agresiones de distintos Gobiernos estadounidenses, pero en la actitud oficial respecto a la OEA, se asoma claramente la hipocresía de este gobierno.  Aparenta olvidar que los sandinistas de los años más duros y decisivos de la lucha contra la dictadura somocista recurrieron a la OEA reclamando su solidaridad diplomática. 

Primero, la OEA permitió que Panamá le cediera su lugar al canciller de facto de la revolución nicaragüense Miguel D´Escoto, para que denunciara las crueldades del dictador Somoza Debayle, y después su solidaridad se manifestó con el desconocimiento de su dictadura. 

Nadie pensó (lo supongo) que, en agradecimiento por aquella acción solidaria de la OEA, obligara a Nicaragua tener una actitud de incondicionalidad ante su geopolítica, pues si seguimos fieles a la historia, la OEA no había dejado de ser el “ministerio de colonias”, por aquella acción a favor de los nicaragüenses. 

Como pequeña nación que es, Nicaragua ha sido humillada varias veces por la potencia del norte, y por ello ha recurrido al derecho internacional exigiendo respeto conforme a sus normas (supuestamente) para la convivencia pacífica entre las naciones. Resulta contradictorio entonces, que ahora este Gobierno recurra a la violación de esas mismas normas por el desasosiego que le ha causado la crítica internacional por sus arbitrariedades dentro del país y en contra de su pueblo.

III

En torno a esta situación contradictoria, surge una obligada pregunta: ¿los dirigentes sandinistas de 1978 ignoraban acaso la histórica condición política de la OEA y por eso demandaron su solidaridad?

No la desconocían, de lo contrario habría que atribuirles algún nivel de ignorancia política, lo cual –de acuerdo a su trayectoria revolucionaria y nivel intelectual— era imposible que la desconocieran, porque su condición de liderazgo de un movimiento revolucionario, les era necesario conocer de la política mundial –aún más la política continental— y, su recurrencia ante la OEA, fue muestra de su buena información como parte de su bagaje político ideológico. 

Sabían que el origen y la misión política de un organismo como la OEA, no debía ser óbice para demandarle su solidaridad, porque política y moralmente, era más importante proteger la libertad y la vida del pueblo nicaragüense por décadas violadas por la criminal dictadura dinástica de los Somoza. En rigor histórico, la victoria militar del FSLN en 1979, es inseparable de su victoria diplomática de 1978 en la OEA.

Es verdad que la OEA no ha cambiado, pero también es verdad que ha cambiado la situación de nuestro país: el rescoldo político de lo que fue el sandinismo, se convirtió en la dictadura que amenaza a diario y desde más de una década la libertad y la vida del pueblo nicaragüense, cuya oposición al régimen tiene una composición política heterogénea, pero con la esperanza común de encontrar apoyo a su lucha de liberación en todo el ámbito de la comunidad internacional, de la cual la OEA forma parte, y cuya solidaridad es necesaria hoy en 2022 como lo fue ayer, en 1978.

IV

No se puede ser sincero sin respetar los hechos de la historia. En aquel momento (1978) la OEA entonaba con la geopolítica en pro de los derechos humanos de Jimmy Carter, como en otra época entonó con la geopolítica de los Gobiernos de Dwight D. Eisenhower y John F. Kennedy que, combinados, armaron la invasión contra Cuba en1961, de la cual la dictadura somocista fue su cómplice. 

La diferencia entre las actitudes de la OEA y la actitud actual de quienes se autoconsideran continuadores de los sandinistas de entonces, es que la OEA sigue siendo fiel a su origen proestadounidense, mientras los dictadores autollamados sandinistas –los ortegamurillistas—, son infieles a los principios de aquellos sandinistas, desde cuando se convirtieron en opresores del pueblo por el muchos de ellos dieron sus vidas. Los sandinistas sobrevivientes, unos le hacen oposición cívica a su dictadura, y otros son sus prisioneros por la misma causa, incluyendo a Hugo Torres, a quien Ortega dejó morir en prisión, pese a que Hugo expuso su vida por sacarlo a él de la cárcel.   

Lo demás (¿acaso es necesario decirlo?) es parte del juego político estratégico, y pretender ignorarlo se vuelve un acto de hipocresía. Tampoco puede tolerarse que se pretenda convertir esa parte de la solidaridad internacional en vehículo trasmisor de políticas de sujeción, dependencia o incondicionalidad política ante ningún país que sea solidario con la causa del pueblo nicaragüense.

Si a la heterogénea oposición a la dictadura se le demanda ser respetuosa de la diversidad política de sus integrantes, porque su finalidad común es liberarse para construir un país democrático, debe reconocerse a sí misma de esta manera en la práctica. Así también debe ser reconocida por quienes desde el exterior dicen querer ayudarla: con sentido humanista y democrático, pero no con fines de supeditación política ni de ninguna otra clase. 

Algunos detalles sobre el mismo tema…

Al margen de estas cuartillas

*La historia de la OEA debería ser parte de la información personal, aparte de la ideología, si se pretende estar dentro de la política…

*Comencemos por recordar algo que puede sorprender: la OEA nació formalmente en 1948, pero su origen está vinculado a la doctrina Monroe, de 1823… 

*(Por no tener ahora suficiente espacio, dejaremos esa historia para otra ocasión)… 

*Ahora recordaremos un hecho histórico coincidente con el surgimiento de la OEA: el Bogotazo en la Colombia de 1948… 

*El Bogotazo fue un estallido social que destruyó lugares importantes de la capital colombiana, y su causa fue la indignación popular por el asesinato del líder liberal y candidato presidencial Eliécer Gaitán… 

*El asesinato de Gaitán ocurrió el 9 de abril de 1948 y la IX Conferencia Interamericana constitutiva de la OEA en Bogotá, concluyó 20 días después, el 30 de abril…

*Esa IX Conferencia se inició cuando aún se sentían los calores de los incendios del Bogotazo, y los 21 cancilleres americanos presentes, seguramente asustados, pero al final fue como si no hubiese pasado nada…

*Porque, además, en rigor diplomático, su conferencia debió de ser autorizada por el presidente del Gobierno anfitrión, señalado de estará implicado en el asesinato de Gaitán...

*Gobernaba en Colombia el conservador Mariano Ospina Pérez, y en mandato se inició un período de violencia libero-conservadora que se prolongó hasta 1957…

*En 1957, los partidos Liberal y Conservador firmaron un pacto que institucionalizó el dominio bipartidista oligárquico en Colombia… 

*Eso fue el principio de otros períodos de una violencia que aún no termina, y bajo la presidencia de César Gaviria (1990-1994) se produjo la desmovilización parcial del EPL y el ELN…

*A propósito, Gaviria fue después secretario general de la OEA (1999-2004) y a la cabeza de este organismo, tampoco logró avances en la pacificación de Colombia…

En ninguna parte hay soluciones fáciles a sus difíciles problemas. Sencillo, y bueno tenerlo en cuenta, porque la lucha de cada pueblo es el principal factor de su triunfo.  La solidaridad internacional solo puede coadyuvar.   

 


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Onofre Guevara López

Fue líder sindical y periodista de oficio. Exmiembro del Partido Socialista Nicaragüense, y exdiputado ante la Asamblea Nacional. Escribió en los diarios Barricada y El Nuevo Diario. Autor de la columna de crítica satírica “Don Procopio y Doña Procopia”.

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