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Twitter, nosotros y Elon Musk

Las redes nacieron sin entramado legal. Sin frenos y contrapesos, sus dueños vienen haciendo los que les viene en gana

Imagen tomada de Internet

Guillermo Rothschuh Villanueva

6 de noviembre 2022

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“…lo grave no sería que Elon Musk haya comprado la libertad
de expresión de la humanidad. Lo realmente peligroso es que Musk
no se ve a sí mismo como un tirano, un oportunista o un manipulador”.
Nuria Labari

1. Elon Musk acaba de comprar Twitter por la suma astronómica de cuarenta y cuatro mil millones de dólares. Una transacción que levantó expectativas como esos culebrones a los que nos están acostumbrando las redes sociales. Utilizando la herramienta de la que ahora es dueño, primero afirmó que la compraría y haría de ella un dispositivo democrático, la libertad de expresión sería absoluta. Eliminaría los bots, suprimiría las mentiras y los algoritmos en el futuro serían transparentes. Después se retractó, expresó que ya no la quería comprar. Los principales accionistas de Twitter introdujeron una demanda en su contra. Aseguró que ganaría el juicio, reafirmando de esta forma que no le interesaba su adquisición. Al final tuvo que ceder su rey.


El escoge y estira dimensionó su figura, ganó espacio mediático y finalmente se vio presionado a adquirirla. A partir de sus recurrentes contradicciones y sus deseos que la red operaría sin atenerse a ningún predicado, surgieron voces alertando las implicaciones negativas que tendría esta determinación. La estridencia de los forcejeos llamó la atención de expertos en el tema de la libertad de expresión. No era para menos. Sus anuncios preludian la apertura de un boquete por donde discurriría todo tipo de información, más allá de ser ciertas o mentiras. Una advertencia prudente. Asumiendo una actitud reposada, estuve tentado de esperar cierto tiempo, para saber cuál sería finalmente su posicionamiento. Se trata de un tema vital para las sociedades democráticas.

Con su despropósito inicial, no tenía razones para tomar una pausa. Demasiado pronto sacó las uñas. Piensa utilizar su juguete hasta donde se lo permitan. Tiene conciencia del inmenso poder del dispositivo adquirido. Adujo que no lo obtuvo por razones económicas. Una verdad a medias. Ya habló de cobros. Lo que debemos creerle a pie juntillas, es que hará uso de Twitter según convenga a sus intereses. Conoce los diversos réditos que podrían derivarse de su utilización. Especialmente por su alcance planetario. Hay que tener presente que Elon Musk, posee distintos negocios diseminados por del mundo. Entre estos destaca Sterlink, una empresa de internet con conexiones nanosatelitales. Su mayor sueño hasta hace poco era cubrir el cielo de satélites.

2. En menos tiempo de lo esperado, Musk extrajo de su chistera un bulo que hasta el ser más despistado sabe que se trata de una mentira descomunal. Musk se enlazó con Santa Monica Observer, sitio caracterizado por la difusión de noticias falsas. El primer envite y su primera contradicción: retuitiar uno de esos Fake News que pululan por las redes. La exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, tuiteó a raíz del ataque sufrido por Paul Pelosi, esposo de Nancy Pelosi, presidente de la Cámara de Representantes, que “El Partido Republicano y sus portavoces ahora difunden regularmente el odio y las teorías conspirativas desquiciadas. Es chocante, pero no sorprendente, que la violencia sea el resultado. Como ciudadanos, debemos exigirles que rindan cuentas de sus palabras y de las acciones que las siguen”.

Musk suscribió la mentira difundida Santa Monica Observer, sin menor rubor. Sostuvo que existía “una pequeña posibilidad de que haya más en esta historia de lo que parece”. Se refería a lo dicho en el sitio: que Paul Pelosi estaba borracho y que su agresor, DePape, era un prostituto, que se habían ido juntos de juerga a un bar gay y una vez que llegaron a casa de los Pelosi, sostuvieron una pelea. Musk borró el tuit, para entonces había alcanzado 100 mil “Me gusta”. Ante el dislate, Adam Kinzinger, congresista demócrata por Illinois, ripostó. “¿De verdad? El nuevo dueño de Twitter está difundiendo la teoría de la conspiración... incluso diciendo que hay una ‘pequeña posibilidad”. Un debut decepcionante y una demostración palpable de lo que es capaz de hacer, sin importarle el daño ocasionado.

El problema que enfrenta el mundo se debe a que las redes nacieron sin entramado legal. Sin frenos y contrapesos, sus dueños vienen haciendo los que les viene en gana. Se han mostrado indiferentes a los llamados de los gobiernos. Las multas millonarias que les han impuesto no han sido suficientes para contener la propalación descarada de Fake News. A diferencia de los medios de comunicación tradicionales, sus rectificaciones son lentas. No hay manera que transijan. Mientras no exista nada que contenga sus excesos, seguirán impasibles ante las tropelías cometidas. Sin tomar en consideración los excesos persistentes cometidos por Donald Trump, Musk hizo un guiño al exmandatario estadounidense para que regresara a Twitter. Todavía no ha obtenido respuesta.

3. El comportamiento de las redes ha sido más negativo que beneficioso para la clase política. Los usuarios son recurrentemente afectados y agredidos. Las mentiras se han disparado de manera estratosférica. Los reclamos surgen por todos lados. Impuesta la sordera y ante la inexistencia de una legislación que norme su conducta, continuarán actuando por la libre. La tardanza de Gobiernos y legisladores, seguirá alentando una actuación reñida con las normas elementales del derecho. Igualmente violentan principios éticos de observancia estricta por parte de los medios tradicionales. Desde hace rato los dirigentes políticos, religiosos y culturales, dejaron de ser los principales actores. El poder les fue arrebatado por los dueños de las corporaciones financieras y mediáticas.

Los cambios de comportamiento vendrán cuando la clase política se decida a actuar. La libertad de expresión es un bien sensible cuyo resguardo no puede quedar en manos de políticos, menos que su custodia sea entregada en bandeja de plata a emporios, enfrascados en generar alianzas y convertir sus negocios en gigantescas empresas tecnológicas y financieras. Las medidas aplicadas para evitar el engordamiento de los monopolios han sido ineficaces. Es increíble que los mastodontes empresariales dispongan de sumas superiores a muchos Estados. ¿Cómo no percatarse de la fragilidad en que se encuentra la clase política? El arrojo de la cámara de representantes y del senado estadounidense, fue de cara al escenario. No encuentro otra explicación.

Su inercia incide en el futuro de la democracia, una diversidad de teóricos sociales ha advertido acerca de la urgencia de asumir acciones inmediatas, en la búsqueda de un reequilibrio político. Todavía hace algunos años era impensable que un puñado de negociantes fuese capaz de fijar las reglas de juego a nuestras sociedades. Los poderes no pueden actuar sin atenerse a ningún predicado. ¿No será que la tardanza de los políticos obedece a los compromisos adquiridos, ante las sumas millonarias recibidas para acceder a los cargos públicos? Las inversiones en lobby aumentan cada año. ¿Los estímulos económicos recibidos desincentivan su actuación? Ante estas circunstancias, no veo de que tenga que preocuparte Elon Musk. Nos encontramos en tierra de nadie.

Conclusión. Los desafíos a las libertades ciudadanas son múltiples, el tinglado político, social, cultural, educativo y militar sigue cambiando de manera vertiginosa. El reto que esto supone en materia de libertades tiene una dimensión similar. Cualquier legislación que surja debe ser respetuosa de la libertad de expresión. No se trata de coartar a las redes. El objetivo consiste en buscar un equilibrio entre derechos y deberes. El problema se agrava debido a que los empresarios confunden la libertad de expresión comercial con la libertad de expresión ciudadana. Una libertad de carácter político, base y sustento de las demás libertades. Las implicaciones políticas y económicas de las redes sociales, incluyendo Twitter, exigen normas que garanticen la sanidad de nuestras sociedades.

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Guillermo Rothschuh Villanueva

Guillermo Rothschuh Villanueva

Comunicólogo y escritor nicaragüense. Fue decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Centroamericana (UCA) de abril de 1991 a diciembre de 2006. Autor de crónicas y ensayos. Ha escrito y publicado más de cuarenta libros.

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