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Una banda sonora de películas de guerra

CNN es instrumento de la guerra ideológica y psicológica contra Venezuela

Seguidores del Gobierno de Venezuela participa en Caracas en una manifestación en apoyo a la salida del aire del canal CNN en Español. EFE/MIGUEL GUTIERREZ.

Onofre Guevara López

21 de febrero 2017

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Los afanes de muchos medios de prensa norteamericanos por encubrir sus mandados políticos bajo el concepto de la libertad de prensa, han salido a luz pública con toda su desnudez, en las contradicciones entre la CNN –en español o en inglés, da lo mismo—  y el gobierno de Donald Trump, al mismo tiempo que  CNN arrecia sus ataques contra el gobierno de Venezuela.  Este hecho pareciera un contrasentido, pero es real y, además, paradójico: el nuevo gobernante estadounidense y sus “verdades alternativas” están siendo blanco de los ataques de CNN; pero resulta que, con “verdades alternativas” al estilo  Trump, la CNN ha atacado y sigue atacando al gobierno de Venezuela.

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Esta curiosidad explica la verdadera función de esa cadena televisiva, que no es otra, que desempeñarse como parte del instrumental político del Partido Demócrata y su sector del gran capital transnacional opuesto a Trump, y luego aplica las suyas contra Maduro, pese a que ambos representan posiciones irreconciliables.  Pero sucede que CNN también representa al gran capital, por encima de los intereses políticos particulares de Donald Trump, y por eso coinciden en sus ataques contra Venezuela, porque también este representa a todo el sistema capitalista gringo.  La controversia CNN-Trump es parte de sus contradicciones, que solo a ellos corresponde resolver, pero en cambio Trump y CNN enfilan sus armas contra quienes deben resolver las suyas, sin su injerencia.

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Sus contradicciones internas siempre tratarán de resolverlas a costa de los demás países.  Veamos cómo CNN y otras agencias de prensa han querido crear conflictos con Rusia, más allá de las que ya existen; primero, con la supuesta ayuda rusa a Trump para derrotar a Hilary Clinton, y después dándoles carácter conspirativo a las conversaciones de funcionarios trumpistas con diplomáticos rusos.   Creer en la influencia extranjera en las elecciones yanquis, es pretender ocultar que su sistema electoral, además de injusto, tiene tanto de corrupto como de vulnerable.

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Además, aceptan que las opiniones políticas de sus conciudadanos son de tan bajo nivel, que pueden ser cambiadas desde el exterior.  Las “noticias” sobre la influencia rusa esconden los vicios de su sistema electoral, pues la derrota de la Clinton es obra de los Consejos Electorales, a pesar de haber obtenido tres millones de votos directos más que Trump.  Entonces, ¿no sería más lógico suponer que los caídos bajo la influencia rusa –por paga o por política— fueron los miembros de esos Consejos, y no los votos populares?  Pero, la lógica, nunca ha sido acompañante de sus “noticias” ni le importa a ninguna transnacional de prensa.

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El fin de sus acusaciones es endurecer las posiciones derechistas de Trump ante Rusia y de esa forma evitar que su gobierno tenga una política de distensión de los conflictos en Medio Oriente y Europa, por contraria a los intereses de los belicistas norteamericanos. Y no es porque Trump no sea belicista, sino porque quieren verlo fracasar también en política internacional.  Y tras ese objetivo están los círculos de poder de la industria de guerra, y es la razón por la cual CNN se identifica como portavoz no oficial de los sectores interesados en controlar el gobierno de su país, y a los gobiernos de cualquier región del mundo.

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La actividad de CNN contra Venezuela es más simple y directa: ayudar a derrocar a Maduro; este señor, es uno más entre quienes impulsan el proceso de los cambios estructurales –como haber rescatado su petróleo de las manos gringas—, y esto es lo que les interesa derrotar.  ¿Por qué si no por esto, al mismo tiempo que lanza al mundo sus “verdades alternativas”, no ha sido noticia para la CNN la entrega reciente del millón y medio de viviendas, en medio de la crisis económica artificialmente creada?  ¿En qué momento han tratado de explicarle la verdad al mundo, de por qué con tantas dificultades económicas y políticas creadas desde el exterior, sus ahijados de la oposición no pueden cumplir la promesa de botar a Maduro en seis meses, cuando hace más de un año asumieron la mayoría del parlamento?

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Las “verdades alternativas” o verdaderas mentiras han estado presentes en una campaña sostenida por CNN contra Venezuela desde hace más de quince años, desde antes del encarcelamiento de Leopoldo López, por las catorce víctimas mortales causadas por sus violentos partidarios en las asonadas de principios de 2014, hechos igualmente deformados por la prensa transnacional, en la cual destaca CNN.  Es un encargo de las agencias norteamericanas de espionaje, en colaboración con una oposición apátrida que lleva años lustrando pisos en la Casa Blanca con sus rodillas, solicitándole su intervención contra Venezuela.  Lo hacen, porque saben que los gringos nunca han dejado que cada país resuelva sus contradicciones, como todo el mundo deja que ellos resuelvan las suyas.

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Ese encargo de la CNN se proyecta al mundo como una simple información, y en coincidencia con círculos políticos de reconocida filiación reaccionaria y fascista, como el grupo de ex gobernantes iberoamericanos, cuyas proclamas cliché contra Venezuela, son poses de inocentes, como si nadie conociera sus trayectorias políticas. Durante ejercieron como presidentes, les sirvieron en bandeja a las transnacionales los recursos naturales de sus países, les hicieron toda clase de concesiones y fueron fieles a la política exterior gringa.  El tal Aznar, fue cómplice de la invasión que lleva quince años destruyendo a Irak, con el pretexto de la “verdad alternativa” de las “armas irakíes de destrucción masiva”, inventada por George W. Bush, mentira que hizo propia la CNN, cuyas disculpas no fueron sinceras, pues repiten algo similar contra Venezuela para estimular la intervención criminal, como en Irak.

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Esa actividad de CNN, como instrumento de la guerra ideológica y psicológica contra Venezuela, tiene el mismo motivo de su actividad contra Irak: el petróleo.  Esto invita a compararla con las bandas sonoras de las películas, sin las cuales no tendrían ningún atractivo para el gran público.  Y la prensa transnacional, es para las guerras militares lo que una orquesta sinfónica para musicalizar una película; su guerra ideológica y psicológica, es la banda musical de las grandes súper producciones contrarrevolucionarias inspiradas en los libretos de la Casa Blanca.  La CNN en español, es especial como banda sonora de la película que ahora están filmando con tema anti venezolano.

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Es oportuno volver a nuestro país, donde se debate sobre el papel de la OEA.  En este momento, la actitud de la OEA tiene gran semejanza con la política exterior del gobierno de Trump, en que ambas están cargadas de dudas respecto a Nicaragua y amenazas contra Venezuela.  Como tenía que suceder, la oposición nica se empató con la OEA.  No entiende que, pese a no haber ninguna nota falsa en sus denuncias puestas en manos de Luis Almagro, no es de la OEA ni de nadie del exterior que vendrá la solución de nuestros problemas; y, en consecuencia, las soluciones a la institucionalidad violada y a las violaciones a los derechos políticos y humanos que ha venido cometiendo Daniel Ortega, para reelegirse sin verdadera oposición, y decapitando a sus órganos de conducción, solo deben darlas el pueblo nicaragüense.  No hay nada que no se haya dicho contra la ilusión –ingenua o calculada— de quienes aún esperan alguna solución auspiciada por la OEA, pese a que Almagro que les está “jugando piernas”.

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No quieren darse cuenta de que lo dubitativo y lo complaciente a la vez del comportamiento de Almagro ante Ortega –y lo despectivo que es con la oposición—, es porque está esperando que pase este período de transición de la política de Obama tolerante con Daniel Ortega, por su alianza con el gran capital y su fidelidad a las orientaciones del FMI, para ver cuál será la política de Trump.  Es una situación que aún no la ha redefinido Trump y, por lo tanto, tampoco Almagro puede cambiar nada con respecto a Daniel Ortega, mientras no lo haga el gran jefe blanco desde Washington.

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Tampoco quieren ver con la tolerancia y sus vacilaciones, Almagro está ejerciendo la función de termómetro que registra la temperatura de Washington, ni que a él no le interesa medir la temperatura de la oposición.  Los líderes de esta, no desean tomar en sus manos la lucha por las soluciones propias, ni abandonan la ilusa (¿o antipatriótica?) confianza en las fuerzas externas, y parece que se quedarán esperando lo que defina Trump para que lo acate Almagro.  Nada nuevo en la oposición.  Pero, los opositores al menos deberían estar advertidos de que nunca, desde la acera imperial, vendrá nada en pro de los nicaragüenses.

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[destacado titulo="Ruperta y Ruperto"]

--Si no fuera por las comunicaciones familiares, Rupertó, aquí nadie se enteraría de lo que sucede en Puerto Rico, pues las agencias de noticias se lo callan…

--¿Y qué está sucediendo en la isla del encanto colonial, Rupertá?

--Que los reajustes obligados por Obama, para que Puerto Rico le pague la deuda a los prestamistas, Rupertó, los hospitales privados están quebrando, porque las autoridades están mandando a los jubilados a los hospitales públicos…

--Si la atención en nuestros hospitales públicos de país libre parece de tipo colonial, Rupertó, ¡imaginá lo que serán los hospitales públicos de una colonia![/destacado]

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Onofre Guevara López

Onofre Guevara López

Fue líder sindical y periodista de oficio. Exmiembro del Partido Socialista Nicaragüense, y exdiputado ante la Asamblea Nacional. Escribió en los diarios Barricada y El Nuevo Diario. Autor de la columna de crítica satírica “Don Procopio y Doña Procopia”.

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