13 de junio 2022
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Luego de 43 días desde la última visita familiar, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo finalmente autorizó que los presos políticos —capturados en el contexto de las elecciones generales de 2021— recibieran, por grupos, a sus familiares en la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como el Chipote, donde permanecen detenidos desde hace un año.
En las visitas, que se llevaron a cabo entre el 10 y el 12 de junio, los familiares de los reos de conciencia constataron las “duras condiciones” en que se encuentran sus parientes, por lo que advierten que los métodos de tortura y tratos crueles se han agudizado, hasta el punto que los reos presos políticos ya nos son llevados a la enfermería sino que un médico pasa valorándolos en las celdas.
Los encuentros de dos horas fueron vigilados en todo momento por oficiales de la Policía, que —incluso— les impidieron darse abrazos para supuestamente evitar el contagio de enfermedades. Los familiares de los reos también fueron fotografiados y sometidos a requisas todavía más abusivas que las anteriores, ya que los agentes les levantaron algunas prendas de vestir y palparon zonas genitales durante las revisiones.
César Dubois, esposo de la presa política Suyen Barahona, describió que ella sigue confinada en una celda de aislamiento y que, debido a la humedad causada por las lluvias de los últimos meses, ha desarrollado hongos en la piel. Solamente la están sacando una o dos horas a la semana al sol, le han hecho exámenes médicos pero no le han mostrado los resultados.
Aunque Suyen luce más delgada, su esposo no se atreve a indicar cuánto peso ha perdido en el año que cumple este 13 de junio en prisión, puesto que en la cárcel “ya no la pesan”. A todos los reos de conciencia “ya no los llevan a la clínica (que era donde los pesaban), ahora los doctores pasan viéndolos directamente por la celda”, relató Dubois.
Berta Valle, esposa del preso político y exaspirante presidencial, Félix Maradiaga, relató que él sigue perdiendo peso debido a la “pésima alimentación” que recibe. La comida se la entregan en un estado que “no se puede ni siquiera ingerir”, así que “han habido días que solamente hace un tiempo de comida y lo complementa —quizá— con algún otro tipo de bebida que sus familiares le han llevado”.
Después de un año de encarcelamiento, “(Félix) continúa estando en una celda completamente en penumbra, no tiene acceso a la luz solar, únicamente cada diez días por tal vez diez o quince minutos”, describió Valle. Las condiciones “no han cambiado, más bien se han recrudecido”. Eso demuestra “una intencionalidad, de parte del régimen, de causar torturas a estas personas”, subrayó.
“A nuestros familiares los están matando”
También la familia del preso político y exaspirante presidencial, Medardo Mairena Sequeira, informó —a través de sus redes sociales— que a su pariente “lo mantienen en condiciones inhumanas”, confinado en una celda de castigo con poca ventilación y con mínimo acceso a la luz del sol.
En esta ocasión “encontramos que a nuestro hermano, en una de sus rodillas, se le está saliendo la baba”, describió la familia de Medardo. Además, “sigue padeciendo de alergias en su cuerpo y con problemas de circulación sanguínea”, continúa el escrito.
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Para Valle, las condiciones en la cuales están las personas presas políticas “ponen en riesgo sus vidas”, ellos requieren atención médica con urgencia y en el Chipote les continúa negando el derecho a la salud. Entonces, ese trato que están recibiendo “es inhumano, cruel, despiadado y con un régimen sistemático de torturas”, subrayó.
“A veces uno suena exagerado, pero no, no es exageración, a nuestros familiares los están matando”, advirtió Valle. Además, existe el riesgo enorme “que terminen como terminó desgraciadamente Hugo Torres”, quien falleció en custodia policial el pasado 12 de febrero.
Dubois, por su parte, advierte que la falta de atención médica y la alimentación deficiente de los reos de conciencia representa “una situación crítica”, que va a tener “repercusiones físicas y mentales en la salud de estas personas, nuestros familiares que están detenidos injustamente”.
Régimen intenta “dañar liderazgos futuros”
Para Ana Lucía Álvarez, hermana de la presa política Tamara Dávila y sobrina de Ana Margarita Vijil, la razón por la cual el régimen Ortega-Murillo se ha ensañado contra sus familiares, y contra todos los presos políticos que están en el Chipote, es porque “son personas líderes que, desde distintos ámbitos de la sociedad, han estado sosteniendo la resistencia”.
En el caso de Tamara y de Ana Margarita, “además de líderes políticas son defensoras de derechos humanos, feministas con una gran empatía, con mucho carisma, son personas profundamente solidarias en quien la gente confía y que tienen liderazgos convocantes, liderazgos articuladores que han sido fundamentales para construir proyectos políticos, para construir redes que en Nicaragua, han sido fundamentales para sostener muchas cosas”, subrayó Álvarez.
Álvarez, que también es defensora de derechos humanos, valoró que la crueldad con que el régimen está tratando a este grupo de presos políticos “no es solamente para inhabilitarles política y socialmente en el presente”, sino que esta política de tortura “es también para inhabilitarles políticamente en el futuro”. Es decir, Ortega y Murillo intentan garantizar “la inhabilitación de los relevos generacionales” como, por ejemplo, Tamara y Ana Margarita.
Por otro lado, Álvarez relató que sus parientes están “firmes de espíritu y fortalecidas en sus convicciones”, a pesar de que el encarcelamiento “ha sido un proceso duro, difícil y doloroso” para ellas y la familia. Físicamente, “Tamara sigue igual de flaca que como habíamos mencionado la vez anterior y, en el caso de la Ana Margarita, estamos preocupados porque su celda se inunda con la lluvia, tiene goteras, y eso le está ocasionando hongos en la piel”, precisó.
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Mientras tanto, Ramón Mendoza, hermano del preso político Miguel Mendoza, expresó su preocupación por el estado de la salud del cronista deportivo, quien sufre presión alta, diabetes, problemas de ácido úrico y dolores en la espalda y cuello. Sumado a eso un grave deterioro físico y el estrés que le genera el hecho de estar encerrado.
“Esa delgadez que tiene (Miguel) no es solamente por la mala alimentación sino por la preocupación”, advirtió Mendoza. Durante este año que él ha estado encarcelado, le han negado el derecho de ver a su hija y carga “una gran preocupación” por el estado de salud de su mamá, quien este 14 de junio cumple 91 años. “El Día de las Madres fue un día terrible para Miguel”, comentó su hermano.
Los familiares de los reos de conciencia también están demandando a las autoridades de la Dirección de Auxilio Judicial que les reciban paquetes con provisiones para sus familiares, como ocurre en el Sistema Penitenciario Nacional, y que les brinden condiciones mínimas.
“Estamos exigiendo que, si la Policía no tiene presupuesto para la alimentación de los reos, nos permitan las paqueterías de la familia para poder llevarles alimentos”, expresó Mendoza.
