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Jennie Lincoln: Participar o no en elecciones “no es la decisión" si el mecanismo no es creíble

Jennie Lincoln, asesora del Centro Carter: “comunidad internacional no va a tener intercambios con este país con restricciones tan espantosas”

Jennie Lincoln, observadora electoral y asesora del Centro Carter. Foto: Confidencial | Tomada del Centro Carter.

Moisés Martínez

10 de junio 2021

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La observadora electoral y asesora del Centro Carter, Jennie Lincoln, se declaró francamente espantada por el grado de represión política al que ha llegado el régimen de Daniel Ortega en contra de precandidatos presidenciales, tácticas que las comparó con las utilizadas por la Gestapo, la policía secreta nazi que era el principal brazo represor del tirano alemán Adolfo Hiltler. 

En una entrevista en el programa Esta Noche, con el periodista Carlos F. Chamorro, se refirió al inicio de esta etapa de represión política del régimen, enfocada en el encarcelamiento de precandidatos presidenciales y líderes opositores.


La entrevista se llevó a cabo el martes 8 de junio, antes de las capturas de los precandidatos Félix Maradiaga y Juan Sebastián Chamorro, los dirigentes opositores Violeta Granera y José Pallais, y el expresidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri. 

La especialista consideró que el proceso electoral 2021 de Nicaragua no cumple con los estándares de transparencia y credibilidad y que el Gobierno que resulte de estos comicios irregulares, no tendrá legitimidad ante la comunidad internacional. 

Como observadora electoral, conoce la evolución del sistema electoral en Nicaragua, en las elecciones de 1990, 96, 2006. ¿Hay condiciones para una elección justa y transparente en noviembre, después de la reforma electoral, que promovió el presidente Ortega, y la elección de los nuevos magistrados al Consejo Supremo Electoral?

La respuesta a su pregunta es no. Y me explico. Para una democracia, el objetivo es tener elecciones auténticas que reflejen la libre expresión de la voluntad popular. Para tener estas elecciones creíbles hay que tener una serie de garantías, que en este momento no existen. Y les cuento: uno, una garantía para participación amplia, de todas y todos, a todos los niveles, desde la persona quien tiene derecho de votar, y va a depositar su papeleta, hasta la organización que administra las elecciones a todos los niveles,  hay que tener una Ley Electoral que tiene esas garantías. Otra, garantía para la libertad de asociación de partidos políticos y movimientos, para organizarse,  para tener sus campañas electorales, garantías para la seguridad de la ciudadanía, garantías para los candidatos y los votantes, para movilizarse sin restricciones. 

La Ley Electoral tiene que tener garantías para la libertad de opinión y expresión; tiene que tener la libertad de reunión en paz, la gente tiene que tener sus reuniones en paz, sin amenazas de autoridades u opositores en turbas; todas esas garantías en este momento no existen; ni garantía del Estado de derecho, protegiendo los derechos fundamentales al acceso de la justicia. Esto es como veo en este momento las condiciones, bajo lo cual hay un proceso electoral que es dificilísimo y también peligroso para los candidatos y los ciudadanos.

Para muchas personas en Nicaragua, a pesar de esa descripción que has hecho,  que puede ser incluso peor, la garantía mínima de confianza, a los electores, sería la presencia de observadores internacionales como el Centro Carter, como la ONU, como la OEA, ¿puede el Centro Carter observar estas elecciones, en estas condiciones? ¿Han sido invitados por el Gobierno?, ¿podría esto ocurrir más adelante?

En este momento sería muy difícil. Primero, no, no estamos invitados, y eso sería algo fundamental para tomar la decisión de poder observar cualquier elección, pero en este momento los estándares internacionales no se notan, no se notan en Nicaragua, y dentro de estas circunstancias entonces sería difícil para cualquier entidad internacional tomar la decisión de apoyar este proceso y estar presente para certificar el proceso creíble.

Ahora, si no hay, hasta ahora, señales de que se restablezca este derecho de la observación internacional, tampoco está autorizada la observación nacional, que tiene una larga tradición en Nicaragua; y los periodistas, la gente dice,  bueno, los periodistas pueden observar, pero los periodistas también están bajo persecución. ¿Hay alguna alternativa para darle confianza al elector de participar?

No lo veo, no lo veo en esta circunstancia. En estas circunstancias todo está cerrado, todo está en secreto, todo está con restricciones. Un ejemplo, yo vi su entrevista con Juan Sebastián Chamorro, y me llamó la atención cuando le preguntó ¿ cómo estás haciendo su…. cómo hace su campaña? Y él contestó muy serio, dice, bueno, tiene la radio, y tiene sus reuniones de zoom. Y en mi experiencia, en más de 30 años de observar elecciones, nunca he escuchado algo tan espantoso. Eso significa que un candidato no puede salir de su casa para tener reuniones, para tener, para dar la mano a sus seguidores, para ver a un joven llevando la bandera azul y blanco, eso no es, no es ninguna condición, bajo ningún estándar internacional, para tener elecciones libres y creíbles. 

Pero además de la descripción que has hecho de la situación de Juan Sebastián Chamorro, hay otros precandidatos presidenciales que están en su condición, es decir bajo arresto domiciliar, casa por cárcel de facto;  pero hay otros dos precandidatos, mi hermana Cristiana Chamorro está ya procesada y despojada de sus derechos políticos, arrestada domiciliarmente, en aislamiento en su casa; y Arturo Cruz, que está detenido en El Chipote, acusado por una ley que le pretende imputar el delito de traición a la patria; un partido político le despojaron también de su personería jurídica. ¿Qué impacto tiene todo esto en el derecho a la competencia política?

Esto es lo peor todavía, lo peor todavía, con las condiciones de Cristiana y Arturo, y es algo tan espantoso, en la consideración de una democracia, como ha sido Nicaragua, con la participación de gente; pero también sus condiciones, ellos ni saben cuál va a ser su condición en los próximos días. Entonces eso, me quita palabra de poder explicar lo espantoso que son esas tácticas de Gestapo contra la participación de gente de pura voluntad de contribuir a su país, al desarrollo de su país y la democracia su país, el compromiso personal que ha tenido el resultado de quitar su libertad.

¿Cómo valora usted el dilema que enfrenta la oposición, que en este momento se debate en esta situación? Dice, bueno, la gente quiere votar a pesar que no hay condiciones electorales, de que ya se está inhibiendo a precandidatos presidenciales y a partidos. El dilema es, bueno, ¿participamos aunque no hay condiciones o nos unimos todos para tomar una decisión de participar o no participar?

Bueno, para cada persona, en estos días, es una decisión, un dilema de protegerse,  su persona y su familia. Eso no es la idea para tener una sociedad bajo democracia, esas condiciones no deben de existir, para que una persona tiene que decidir todos los días si sale a la calle, si va a poder volver sin llegar al Chipote. Entonces el dilema es, no solo para los candidatos, sino también para los votantes, y va a pasar si van a votar el día de las elecciones, el 7 de noviembre, ¿van a tener derecho de ida y vuelta? Esto es una decisión personal sumamente difícil. 

El otro debate es el impacto que tendrían unas elecciones sin competencia política y sin garantías en la legitimidad de quien resulte electo. Supongamos que resulta electo nuevamente, y reelecto, el presidente Ortega y su Gobierno ¿ qué impacto tendría esto en su legitimidad a nivel nacional, a nivel internacional?

Tiene que darse cuenta… tiene que darse cuenta que el impacto será que no hay legitimidad de su Gobierno, que eso puede tener un impacto hasta económico en Nicaragua, bajo la mirada de la comunidad internacional que no va a aceptar tener intercambio con este país que ha determinado las restricciones tan espantosas sobre su pueblo, sobre su gente. Si eso pasa, si eso lleva a cabo el 7 de noviembre así, no hay un buen futuro para un Gobierno con tantas manchas negras, como resultado de eso. 

La única manera de cambiar esta situación es que el Gobierno tiene que volver… volver a la Ley Electoral antes, antes de las reformas; tiene que liberar los presos políticos; cambiar todo para tener la libertad, las libertades que mencioné antes.  No sé si eso es factible, posible o no, pero en esta ruta, en este momento, entonces el fin no será bueno para Nicaragua.

¿Puede un sector de la oposición, al participar en esta elección, legitimar la elección, legitimar al Gobierno con su participación, aunque no existan condiciones electorales y no se llenen los estándares básicos? Porque hay quienes dicen: hay que participar para no dejar espacios vacíos, ya sea por los partidos colaboracionistas, y porque de todas formas queremos documentar el fraude o cualquier otro propósito. 

Es el dilema. Lo que me preocupa es lo que pasó el sábado con Arturo (Cruz), yo creo que eso cambió bastante, porque el peligro, el peligro de participar es más alto ahora. Entonces, no es la decisión, participar o no participar si el mecanismo no es limpio, transparente, creíble. No. Ahora el riesgo es más peligroso, más peligroso, entonces el dilema es más complejo.

¿De qué depende que se produzca un cambio en los próximos meses? ¿Depende de la presión nacional de la sociedad nicaragüense o de la presión internacional?

Bueno, yo por tantos años en Nicaragua, comprendo que la salida siempre es nicaragüense, es nicaragüense, y hay bastante gente todavía que pueden tener influencia sobre lo que va a pasar.  También yo vi en su programa, y no sé la palabra (…), pero la presentación de señores empresarios del gran capital, y la pregunta fue ¿y dónde están? Y había un sonido de bichos, de (criquets).

Entonces hay, todavía hay posibilidades de tener una influencia sobre esa situación;  pero en este momento está grave, está grave, y la política, la sociedad, la economía, está en riesgo, bajo riesgo, por este futuro que se ha puesto en este momento tan difícil, tan peligroso, peligroso en la calle. Que yo espero que algo pase, y pasé rápido, o será peor.

¿El presidente Jimmy Carter ha tenido alguna comunicación con el señor Ortega en esta crisis, y en los últimos años?

Bueno, no sería mi parte para hablar de las comunicaciones del señor Carter, pero usted sabe, ustedes saben, el señor Carter ha tenido un cariño por Nicaragua por mucho tiempo, está muy dolido por esta situación.


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Moisés Martínez

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