2 de mayo 2022
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La respuesta a la reciente agresión de Daniel Ortega y Rosario Murillo en contra de la Organización de Estados Americanos (OEA), cuya sede fue asaltada y confiscada en Managua, podría ser la suspensión de Nicaragua del organismo e informar al sistema internacional para que corte todo vínculo con el régimen, afirma el senador chileno José Miguel Insulza, exsecretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) entre 2005 y 2015.
Según Insulza, Nicaragua vive “una noche negra de la que tarde o temprano va a salir”, por lo que considera que resulta inútil encontrar un patrón de conducta en Ortega o Murillo, a la luz de la ética o el Derecho.
“Hacen lo que les da la gana”, criticó en entrevista con el programa Esta Semana, en que analizó la reciente toma policial de la sede de la OEA en Managua, así como la posterior confiscación del inmueble, lo que marca el último escándalo internacional de una dictadura cada vez más aislada.
El domingo 24 de abril, el régimen calificó al organismo de “instrumento diabólico” y confiscó el inmueble donde estaban las oficinas de la OEA, ¿Cómo evalúa estas acciones?
Uno puede decir que son absolutamente ilegales, pero es que todo lo que tiene que ver con el régimen de Daniel Ortega es ilegal, empezando por su elección. Su elección como presidente, su esposa como vicepresidente, todo lo que ha hecho son cosas muy desusadas. Realmente son de dictadores antiguos.
Los inmuebles de la OEA están protegidos por un acuerdo de sede entre Nicaragua y el organismo. Eso no está sometido a que el país se salga o no. Por lo demás, la decisión de abandonarla, todavía hay un buen tiempo para seguir cumpliendo con el tratado interamericano. Entonces, esto es toda una ilegalidad.
Si los encarcelamientos que realiza Ortega en contra de opositores políticos, las confiscaciones que hacen, la forma en que se han repartido él y sus secuaces los bienes de todos los nicaragüenses, todas esas cosas son ilegales también, que ahora confisque lo de la OEA, no sé qué resultado tendría en eso. Probablemente ninguno, porque basta con decir que es diabólico, si estamos también en un período al parecer mágico, más que la política aquí juega un papel la brujería.
¿Existe algún precedente en la historia de la OEA?
No, que recuerde. Venezuela se salió, denunció el tratado, fue lamentable, pero no ha hecho todavía una ofensiva contra los bienes de la OEA. Cuba está al margen del organismo por su propia voluntad. Se le levantaron las sanciones por 2009, igual no ha decidido el retorno, pero que yo sepa no confiscó la sede tampoco.
¿Y qué impacto tiene esto en el organismo?
Siempre pensé que una de las fortalezas de la OEA es que forman parte de ella los 35 Estados del hemisferio americano. Cuando ya dos decidieron abandonarla—y Cuba no ha retornado— eso es ciertamente es una lástima; 32 no es lo mismo que 35.
Sería una gran cosa que Venezuela, Cuba y Nicaragua fueran miembros, pero no creo en realidad que le cause daño económico que estén o no. La contribución de Nicaragua al presupuesto del organismo es muy baja. No llega al 1%.
Es un daño político que ha querido infligir, pero la dictadura de Ortega es un poco distinta de los procesos políticos que se viven en la región que, de alguna manera, tienen algún contenido jurídico, algún contenido político y económico.
La dictadura de Ortega se lleva bien con los empresarios, no es un Estado socialista ni mucho menos, a pesar que lo celebra muchas veces como tal. Pero tampoco le vas a poner un Estado fascista. No hay mucho que hacer al respecto. Nicaragua está en una noche negra, en la que tarde o temprano va a salir. A estas alturas, ya Ortega hace lo que le da la gana. Se levantan en la mañana, él y su mujer hacen lo que les da la gana.
En la sesión del Consejo Permanente de la OEA del miércoles 27 de abril, diferentes Estados “llamaron a tomar acciones”, ¿Qué pueden hacer?
No sé si cabe algún recurso ante algún organismo internacional. Serían dos los posibles: la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional (CPI), pero la CPI es fundamentalmente por crímenes cometidos. Seguramente los hay, pero habría que documentarlos bien y la Corte recibirlos. También podría probablemente reclamar ante alguna Corte para que falle contra Nicaragua y la enjuicie por el perjuicio que le está causando. No creo que Ortega le vaya a hacer caso.
El asalto y la confiscación de la sede diplomática no solo viola la Carta de la misma organización, sino también la Convención de Viena, ¿puede la OEA llevar este caso a otras instancias vinculantes, en este caso la ONU?
La OEA podría someter a juicio al Gobierno de Ortega en algún tribunal de algún país en que Nicaragua tenga bienes, y cobrar por ello una indemnización por la confiscación ilegal de sus bienes. Me imagino que Nicaragua tiene todavía bienes en Estados Unidos y otros países de la región. No se me ocurre qué otras cosas podrían hacer.
Nicaragua denunció la Carta del organismo, pero sigue siendo miembro hasta 2023, ¿qué consecuencias tiene para el país que no cumpla sus obligaciones?
Eso podría ser denunciado ante cortes internacionales, o ante Naciones Unidas desde luego, pero solamente para ser indemnizado, porque no existe ningún castigo. No es que lo vayan a expulsar de la ONU. Como la OEA es parte del órgano regional de Naciones Unidas, podría insistir ante el Gobierno nicaragüense para resarcir, pero difícilmente eso va cambiar la situación del organismo en Nicaragua.
Es importante señalar que el sistema es de Estados soberanos, los organismos internacionales son multilaterales, no supranacionales. La OEA no es un organismo que pueda ejecutar a Nicaragua. Tendría que concurrir a un tribunal internacional para eso, pero sigue teniendo una personalidad jurídica internacional. Puede recurrir a los tribunales nicaragüenses, pero eso, desde luego, no serviría para nada. Sería intentar acciones legales, civiles, en contra de Nicaragua en otros Estados, pidiendo la devolución de sus bienes o una indemnización.
¿La salida intempestiva de Nicaragua de la OEA, también se extiende al Banco Interamericano de Desarrollo?
Creo que correspondería. ¿Cuál es el problema? Lo primero que la OEA podría hacer es suspender a Nicaragua. En función de eso, comunicar esta suspensión a todos los organismos del sistema internacional. De manera que corten todo vínculo con Nicaragua. Una Asamblea General tendría que decidirlo así.
En caso de que los países miembros sumen los 24 votos para expulsar a Nicaragua de la OEA, ¿eso tendría algún efecto?
Esa suspensión tendría efecto. El mismo efecto tuvo con Cuba, nunca pudo participar del BID y tampoco en la Organización Panamericana para la Salud, ni en la entidad agrícola que depende de la OEA, ni en ninguna otra actividad del sistema interamericano. Me da la impresión que en el ring, Nicaragua no está.
Las gestiones diplomáticas para resolver la crisis nicaragüense fracasaron, ¿cuenta todavía el organismo con alguna herramienta de presión, o los Estados deberán recurrir a acciones bilaterales?
En primer lugar, debería recurrir al Consejo Permanente para que haya una sesión plenaria. La decisión de suspender a Nicaragua, de hacerlo antes de que su presencia en el organismo termine en 2023. Pero si claramente no se produce la suspensión, con los dos tercios, no es más lo que puede hacer. Hay tiempo para suspenderla y con ello privarla de todos sus derechos del sistema interamericano.
El 23 de marzo pasado, el exembajador de Nicaragua en la OEA, Arturo McFields, denunció a la dictadura. Esa denuncia y ahora el atropello de Ortega al organismo, ¿puede sumar más a su aislamiento internacional?
Naturalmente. Nicaragua sigue teniendo embajada en muchos de los países de América Latina. Son embajadas sin ninguna trascendencia. Ni siquiera difunden los comunicados del régimen.
Hace una semana, Ortega celebró el fallo de la Corte Internacional de Justicia en el caso de Colombia, ¿Cómo califica usted su conducta que, por un lado confisca a la misión diplomática de la OEA, y por otro lado celebra el fallo?
Ese es Ortega. No tiene ningún patrón de conducta. Ha perdido toda ética, usted puede decir es inmoral, por favor, si ya meter presos a todos los candidatos presidenciales ya fue una inmoralidad muy grande. No tratemos de enjuiciar las conductas de Ortega sobre la base del derecho, la ética, ni de la costumbre. Simplemente, porque Daniel Ortega y Rosario Murillo desgraciadamente hacen en su país lo que les da la gana.
