2 de diciembre 2021
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El anuncio del régimen de Daniel Ortega sobre el establecimiento de libre visado a los ciudadanos cubanos que deseen viajar a Nicaragua ha causado revuelo en la isla, aun cuando el régimen de Miguel Díaz Canel no se ha pronunciado al respecto y los vuelos de Managua a La Habana continúan suspendidos debido a la pandemia del coronavirus.
Reinaldo Escobar, jefe de redacción del medio digital cubano 14ymedio, explica que la noticia “ha tenido mucho impacto” en los últimos días y ha causado “muchísimas discusiones”. Por ahora, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba no se ha pronunciado al respecto y los medios oficiales cubanos tampoco, “nadie ha dicho hemos hecho un acuerdo con Nicaragua”, por lo que “pareciera” que el régimen cubano no hubiera sido consultado.
“Esto es muy sintomático porque obviamente el Gobierno del señor Daniel Ortega, que es amigo íntimo del Gobierno de Cuba, no podría hacer un acto hostil de esta naturaleza sin haberlo consultado (con sus homólogos en la isla) y el hecho que el Gobierno (de Cuba) oculte, o no divulgue esta relación bilateral, es muy llamativo”, señaló Escobar durante una entrevista en el programa Esta Noche que se transmite a través de YouTube debido a la censura impuesta por el régimen nicaragüense.
A juicio del periodista cubano, el anuncio de Nicaragua y el silencio de Cuba “es una componenda en la que se han puesto de acuerdo los dos gobernantes”, lo cual se hace con varias intenciones. Entre ellas, provocar un aumento de la crisis migratoria en la frontera sur de Estados Unidos y así forzar a la Administración de Joe Biden a abrir un canal de negociaciones con Cuba.
Bajar la tensión política
Otra razón que pudiese estar detrás del libre visado a Nicaragua, es que las protestas multitudinarias que se registraron en Cuba el 11 de julio pasado —cuando cientos de personas salieron a la calle exigiendo derechos, libertad y hasta el fin de la dictadura— causaron “un trauma para los gobernantes cubanos”, valora Escobar, y podrían estar intentando liberar la presión política.
El régimen de Cuba sabe “que eso (protesta) no lo organizó nadie en los Estados Unidos”, que fue algo “absoluta y totalmente espontáneo”, advierte el periodista. De manera que al prevalecer las condiciones que causaron el estallido social, “podrían temer que vuelva a ocurrir”. Es así que el libre visado a Nicaragua constituye una “válvula” para liberar presión.
“Ellos (la Administración de la isla) necesitan que aquellas personas con capacidad de liderar una protesta decidan, en lugar de usar esa esa voluntad, esa autoestima, en liderar una protesta, que la usen para irse del país a buscar un lugar donde puedan sentirse felices y un lugar competitivo, que no es Cuba la verdad”, subraya Escobar.
Además, el libre visado a Nicaragua “no es una cosa que vino del cielo” o que “casualmente se le ocurrió a Nicaragua hacer esta medida”, advierte Escobar. Esto “está programado, está estudiado y tiene una intencionalidad de parte del Gobierno”, agrega.
Una ola migratoria
Mientras tanto, el entusiasmo de los isleños por viajar a Nicaragua le resulta evidente al reconocido periodista, tanto que, valora, “la masividad de los viajes va estar limitada por la capacidad de asientos de los aviones”. Ya que en este momento no existen vuelos directos entre la Habana y Managua y eso ya fue motivo de una protesta en la isla.
Actualmente solo la línea aérea Copa Airlines ha retomado sus vuelos a Cuba, conectando de esta manera la isla con ciudad de Panamá. Los interesados en viajar a Nicaragua tendrían que hacer una escala en ese país.
Por otro lado, Escobar señala que las autoridades nicaragüenses deberían prestar algún tipo de protección a los migrantes, puesto que una vez se restablezca la conexión aérea entre ambos países podría generarse una ola migratoria de cubanos intentando seguir hasta Estados Unidos.
“Esto puede provocar una situación bastante compleja, que los hoteles no van a alcanzar, las casas de huéspedes no van a alcanzar, es una explosión y eso el Gobierno nicaragüense tiene la responsabilidad de solucionar este asunto”, subrayó el periodista cubano.
Además de los cubanos que ven en el libre visado a Nicaragua una oportunidad para migrar hacia Estados Unidos, también existen en la isla grupos de traficantes de mercancías —conocidos como las mulas— que encuentran en este anuncio una oportunidad para viajar y abastecerse de productos que no se consiguen en su país.
“El hecho de que Nicaragua no exija visa permitiría a algunas personas (residentes en la isla) recibir dinero de familiares en el extranjero, coger ese dinero, ir a Nicaragua a comprar mercancías y venderlas en Cuba”, explica Escobar.
Las mulas, aunque no son bien vistas por el régimen comunista, hacen “lo que normalmente debiera hacer una empresa comercial o lo que, en el caso de Cuba, deberá hacer el Ministerio de Comercio Exterior: importar productos para venderlos en Cuba”, explica el periodista. Sin embargo, actualmente en la isla “hay una necesidad imperiosa” de que las personas se ocupen de importar mercancías y venderlas adentro.
El régimen, por su parte, voltea la vista ante el comercio de las mulas. “En lugar de autorizarlo legalmente, de una manera formal, permite que la gente vaya Nicaragua y establece algún tipo de flexibilidad aduanera no declarada”. Esto permite satisfacer necesidades de la población “sin que le cueste al Estado un centavo esa operación” y además “cobran impuestos por entradas aduaneras”, concluye.
