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Doctor Eddy Valverde: Falsa normalidad conduce a Nicaragua a un “desastre sanitario”

El médico -integrante de la Unidad Médica Nicaragüense- alertó sobre la urgencia de políticas públicas que detengan el incremento de casos covid-19

Citatorios a médicos independientes y cierre de oenegés médicas muestran radicalización del régimen orteguista en Nicaragua

Redacción Confidencial

11 de julio 2021

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El doctor Eddy Valverde -integrante de la Unidad Médica Nicaragüense- alertó que el “ocultamiento de información” sobre el avance de la pandemia de la covid-19, además de centenares de actividades impulsadas por el régimen orteguista para promover una “falsa normalidad”, son parte de las principales causas que aportan para que en Nicaragua se continúen registrando nuevos incrementos de casos y decesos por coronavirus.

“Este ocultamiento de información, esa información falsa del Estado, trae consecuencias tenebrosas porque la gente piensa que el covid-19 ya pasó, que ya no hay problemas y que puede seguir su vida de jolgorio sin ningún cuidado, conduciendo esto a mayores rebrotes”, señaló.


Durante la primera semana de julio la pandemia cobró la vida de 43 personas, según el informe del Observatorio Ciudadano Covid-19.  Sin embargo, el Ministerio de Salud (Minsa) mantiene estancada la cifra de decesos a uno por semana y sigue sin alertar del rebrote por coronavirus que reflejan las cifras y advierten médicos independientes.

El médico señaló que el régimen orteguista ha mantenido en el país una “política oficial de mentiras” sobre el avance de la pandemia e, incluso, sobre los resultados de las pruebas que se le practica a pacientes que presentan síntomas de dicha enfermedad. 

Denunció que el personal de salud está padeciendo -entre otras causas- por la falta de acceso a protección adecuada, el avance lento en la vacunación a trabajadores de la salud del sector público y privado y la falta de recursos económicos extraordinarios para el Minsa.  

En esta entrevista realizada en el programa Esta Semana, Valverde alertó sobre la urgencia de “políticas estatales, de cuarentena nacional, políticas para parar toda esa cantidad de actividades recreativas, de ocio y actividades proselitista que hace el régimen (orteguista)… porque está conduciendo a una cantidad cada vez más grandes de enfermos, una cantidad más grande de personas hospitalizadas y el fallecimiento de gente sobre todo en edades jóvenes”.

Además invitó al presidente Daniel Ortega y a la vicemandataria Rosario Murillo a que “asistan a las unidades de salud”, pues apuntó que por estar “orientando falsear información o porque sus funcionarios los están engañando, están haciendo el ridículo cuando dan cifras que ni siquiera la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Organización Panamericana de la Salud (OPS) les están creyendo”.

Esta semana en los medios de comunicación independientes se han publicado reportes sobre un incremento considerable de las hospitalizaciones por la covid-19 ¿Qué información tiene la Unidad Médica Nicaragüense sobre esta situación?

Antes de responder la pregunta, debo decir que nosotros estamos sumamente dolidos. La madrugada de este sábado falleció una colega muy querida por nosotros, una persona que deja en la orfandad a dos criaturas, esto es lo que provoca estos carnavales siniestros del régimen (de Daniel Ortega). Tenemos la tasa más alta de mortalidad de personal médico en toda la región centroamericana. Ya vamos arriba de los 140 fallecimientos y esto deja un vacío profundo en las familias, quedan personas en la orfandad y por esto es que seguimos haciendo nuestros llamados, porque muchas veces las personas no están conscientes de lo que está ocurriendo. En Nicaragua hay dos realidades; lo que pasa en las calles de Nicaragua y lo que ocurre dentro de las unidades de salud. En las unidades de salud hay personal que se juega la vida tratando de salvaguardar a decenas de nicaragüenses que ahora mismo están en los cuidados intensivos, están bajo intubación, con un pronóstico malo y con sus familias angustiadas. Hay otra cantidad de personas que no saben que esto está ocurriendo y continúan en una falsa normalidad, lo cual está conduciendo a un desastre sanitario para nuestro país. 

¿Esa persona que usted está describiendo estaba asignada a algún hospital, algún centro de salud, está hablando de una trabajadora de la salud?

Sí. Estamos hablando de una colega nuestra que trabajaba para instituciones del Seguro Social, que atendía a pacientes asegurados y que siempre dio la cara con los rebrotes de covid-19, como en este caso, y por eso nosotros como gremio médico, que estamos en la primera línea y que nos ha tocado ver fallecer personas, que nos ha tocado arriesgar nuestras vidas para tratar de salvar a otros. Creo que tenemos la credibilidad y la moral para decir que se necesitan en este momento políticas estatales, de cuarentena nacional, políticas estatales para parar toda esa cantidad de actividades recreativas, de ocio y actividades proselitista que hace el régimen, que es el único que se ha dado el derecho de poder hacerlas, porque está conduciendo a una cantidad cada vez más grandes de enfermos, una cantidad más grande de personas hospitalizadas y el fallecimiento de gente, sobre todo jóvenes.

Las autoridades del Ministerio de Salud no han brindado ninguna información sobre este rebrote que se refleja en un incremento de hospitalizaciones en el Hospital Alemán, en el Lenin Fonseca, en hospitales privados, de los departamentos del país, a pesar de que los médicos están ahí, trabajadores del sector público están ahí y conocen de esa información ¿a qué responde este silencio de las autoridades?

A una política oficial de mentiras. Cuando se vive en dictadura, la narrativa oficialista está siempre ligada a los intereses de los gobernantes y no de los gobernados, en este caso no de la nación. En cualquier lugar del mundo civilizado, el gremio médico -tanto el que trabaja para el Estado como en los privados- está en una sola línea, porque en un desastre nacional. En una epidemia como la covid-19 ni siquiera puede ser enfrentada solo por el Gobierno, porque necesita de la sociedad civil, del gremio médico, de la iglesia, de cualquier expresión de organización social. Sin embargo, en Nicaragua lo que ha existido es una política de negación, de persecución, de despido a quienes simplemente hemos demandado que se adopten políticas de salud, que es obligación del Estado garantizar al pueblo lo que se conoce como salud pública; protección a los trabajadores o vacunas. En el caso de nuestra colega fallecida, a pesar de estar en la primera línea de atención, su especialidad era de alto riesgo, no había recibido ni una sola dosis de vacunación. Nosotros hemos estado haciendo una encuesta, con médicos privados de los hospitales del Pacífico de Nicaragua, principalmente de Managua, y el 90% no ha recibido ni una sola dosis de vacunación. ¿Cómo se espera enfrentar entonces este desastre epidemiológico si no se está protegiendo ni siquiera al personal médico? Ahora, este ocultamiento de información, este falseamiento de cifras, donde solo se reportan el 2% de los fallecimientos para el Ministerio de Salud, trae consecuencias. La primera es que la gente al no ver ese liderazgo estatal asume una conducta de irresponsabilidad, entonces, esa información falsa del Estado trae consecuencias tenebrosas porque la gente piensa que el covid-19 ya pasó, que ya no hay problemas y que puede seguir su vida de jolgorio sin ningún cuidado, conduciendo a mayores rebrotes. Lo segundo es que aquí no se asignan recursos ni para la protección ni para el covid-19. En Costa Rica, aún en los barrios, en los lugares más alejados, hay unidades de covid-19, porque el Ministerio de Salud de ese país ha destinado recursos extraordinarios para atender la pandemia, mientras en Nicaragua más bien se le redujeron los recursos al Ministerio de Salud del año 2020 al 2021, esto según las mismas cifras del Gobierno. Y, en tercer lugar, el otro desastre es que no se invierte en protección para el gremio médico, lo cual conduce a una saturación, el fallecimiento de personas que pudiesen haberse salvado, y, al final, una tragedia para el pueblo nicaragüense.

Algunos pacientes están reclamando que no les están haciendo las pruebas de la covid-19 a pesar de que tienen los síntomas del virus ¿Cómo se están administrando las pruebas? ¿Cuál debería ser el protocolo en los centros de salud y en los hospitales en relación a este derecho de la población?

La medicina de nuestro tiempo se basa en diagnóstico, tenés que hacer diagnóstico para hacer tratamiento correcto, si no haces diagnóstico correcto vas a hacer tratamiento incorrecto porque algunos pacientes que anden con problemas respiratorios, que no son covid-19, los vas a tratar como covid-19 y, qué consecuencia trae esto, se gastan los medicamentos innecesariamente en personas que no lo necesitan. Además, los medicamentos tienen consecuencias adversas. La OMS (Organización Mundial de la Salud) lo ha dicho, hay personas que han fallecido no por el covid-19 sino por los efectos adversos que te puede dar el covid-19… Entre 1% y hasta el 2% de las muertes por covid-19 se deben a reacciones adversas a los fármacos y esto te conduce porque el médico está a ciegas. Desgraciadamente, en Nicaragua el Ministerio de Salud se fundamenta en criterios políticos, no en criterios técnicos. Fedsalud (Federación Gremial de Trabajadores de la Salud) domina como brazo político del Frente Sandinista toda la estructura administrativa del Ministerio de Salud. Quien decide al final a quién se le hace la prueba o a quién no se le hace, peor aún, el resultado de la prueba, porque nosotros no tenemos manera de comprobar que lo que dice el Centro Nacional de Referencia sea correcto, sobre todo, en un país que está coartado hasta el último espacio. No quiero decir con esto que las pruebas del Centro Nacional no sean fidedignas, son altamente fidedignas, tenemos un laboratorio muy capaz, pero el problema es que los resultados se distribuyen a discreción. La mayoría de pacientes que conozco se tomaron la prueba y nunca les dieron el resultado ni positivo ni negativo. El Ministerio de Salud se ha negado a que los médicos independientes podamos hacer nuestras pruebas, en ningún otro país -excepto China, Rusia y Somalia- se ha hecho lo mismo que Nicaragua, que es ocultar las pruebas de diagnóstico.

¿Qué impacto está teniendo en el gremio médico, en la población en general, esta campaña de intimidación, de amenaza que desde el Gobierno se ha venido lanzando contra médicos, contra periodistas independientes a los que acusan de difundir noticias falsas o informar sobre la covid-19 y por desarrollar una labor de prevención?

Lógicamente que el terrorismo de Estado trae sus consecuencias en la autocensura, recordemos que el régimen somete al pueblo nicaragüense mediante la asfixia económica. Si sos médico y te quitan tu capacidad de trabajar, te despiden, hay inclusive amenaza de suspender la licencia de ejercicio profesional. Los médicos nicaragüenses somos los peor pagados de todo el continente americano, aún por debajo de Haití, eso significa que la mayoría de nosotros somos vulnerables al ahogamiento económico. Entonces, el régimen pretende someternos en primer lugar por hambre, esa es una realidad que debe saberlo el pueblo nicaragüense. En segundo lugar, porque para nadie es un secreto que aquí han habido desapariciones forzosas, han habido ataques paramilitares a médicos y han habido también acusaciones oficiosas de la Fiscalía, cuando, por ejemplo, a la Asociación Médica Nicaragüense demandó políticas de Estado para tratar la covid-19 aparecieron médicos oficialistas demandando a estas personas, todo esto por supuesto que tiene su efecto a que la gente se autocensure. Sin embargo, nosotros hemos decidido no ser cómplices del régimen. Nosotros vamos a seguir narrando los hechos, nosotros vamos a seguir llamando a la protección y vamos a seguir haciendo lo que nosotros sabemos hacer, proteger la vida, el bien más valioso que el ser humano tiene. El hecho de que la señora (vicepresidenta Rosario) Murillo en sus alocuciones nos ofenda, nos insulte, nosotros le vamos a responder con veracidad, con hechos. Nosotros queremos en estos momentos decirle al señor (presidente Daniel) Ortega, a la señora Murillo, que como funcionarios encargados del Gobierno, aunque no sean legítimos, deberían de asistir a las unidades de salud, porque aquí pueden estar pasando dos cosas o están orientando falsear las estadísticas o sus funcionarios los están engañando y están haciendo el ridículo cuando dan cifras que ni siquiera la OMS y OPS les están creyendo.

La Unidad Médica Nicaragüense mantiene el servicio de información y de prevención ¿de qué manera la gente puede informarse a través de los médicos que están dispuestos a brindar información y una labor de prevención? 

Primero tenemos que decir que tuvimos que dejar nuestras instalaciones por el riesgo de allanamiento, por la represión, por la persecución, porque teníamos información de que se nos iban a montar acusaciones falsas, aunque no sabemos hasta qué grado iba a llegar el régimen, de tal manera que, en prevención del personal y de las personas que ahí dábamos consultas, decidimos dejar las instalaciones, esto como fruto de la represión porque lo único que nosotros realmente hicimos fue atender a las víctimas de la represión y aquellas personas, en el caso de covid-19, que tenían alguna necesidad y no sentían confianza de ir al sistema de salud. En este momento, hemos habilitado tres líneas de WhatsApp, que están por supuesto en el extranjero porque no lo podemos hacer desde Nicaragua, porque no existe libertad de expresión, no existe seguridad para alguien que esté brindando información, y lo que hacemos es un monitoreo a distancia. Una de las ventajas que ha traído la covid-19, si se puede llamar ventaja, es que ha disparado la atención médica a distancia, la video consulta  probablemente va a ser el futuro en la próxima década, pero despegó en este tiempo. Nosotros podemos atender hasta el 80% de los enfermos de covid-19 a distancia, darle recomendaciones, hacer un pequeño control epidemiológico, decirles si usted tiene síntomas de covid-19 en medio de la pandemia, aunque no tenga la prueba, debe considerarse caso positivo; aíslese en su casa, tome medidas de seguridad para que no contagie a sus vecinos, a sus familiares, porque esto es lo que ayuda a reducir el impacto de la pandemia… De tal manera que, si en nuestra nación en vez usar trolles para atacar a la gente, para intimidar, toda esa gente que trabaja en Telcor (Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos) y que son pagados de nuestros impuestos, se utilizara para hacer el bien -como falsamente dice la señora Murillo- pues creo que sería otra la situación epidemiológica y sanitaria en Nicaragua.


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