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Daniel Ortega también está aislado ante la nueva izquierda latinoamericana

En la región soplan aires de una nueva izquierda democrática, pero no traen cambios en la política que condena a la dictadura orteguista

El presidente de Chile, Gabriel Boric, durante su discurso este martes ante la Asamblea General de la ONU. Foto: EFE

Redacción Confidencial

1 de octubre 2022

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Con la vista puesta en las votaciones del dos de octubre en Brasil, en las que existen altas posibilidades de que Luiz Inácio Lula da Silva regrese al poder, la izquierda continúa ganando terreno en Latinoamérica. Diez países en total se identifican con esta corriente política, pero eso no significa más apoyo para el régimen de Daniel Ortega en foros internacionales, puesto que se trata de izquierdas de distinto tenor en las que el régimen está quedando aislado, advierten politólogos consultados por CONFIDENCIAL. 

A diferencia de Ortega, Miguel Díaz-Canel, en Cuba; y Nicolás Maduro, en Venezuela; que dirigen regímenes autoritarios cuya legitimidad es cuestionada por la falta de elecciones libres. Los izquierdistas latinoamericanos que llegaron al poder en los últimos años lo hicieron a través de elecciones democráticas como: Andrés Manuel López Obrador, en México 2018; Alberto Fernández, en Argentina 2019; Luis Arce, en Bolivia 2020; Pedro Castillo, en Perú 2021; Xiomara Castro, en Honduras 2022; Gabriel Boric, en Chile 2022; y Gustavo Petro, en Colombia 2022. 


La mayoría de estos gobiernos de izquierda han mostrado su rechazo a las violaciones de derechos humanos que comete el régimen de Ortega en Nicaragua y a la radicalización de su proyecto dictatorial restringiendo todavía más las libertades ciudadanas.

El presidente Boric declaró recientemente a la revista TIME, una de las más importantes e influyentes de EE. UU., “yo prefiero poder decirle a Daniel Ortega que estoy en desacuerdo con él y quiero que libere a los presos políticos —(como) Dora María Téllez— decírselo a la cara y confrontarse”. También el gobierno de izquierda del colombiano Gustavo Petro ha abogado por la liberación de los presos políticos. Contra ambos, el régimen de Ortega ha respondido con ataques e insultos.

Izquierdas de distinto tenor

El abogado y politólogo costarricense Constantino Urcuyo, director académico del (no estatal) Centro de Investigación y Adiestramiento Político Administrativo, de Costa Rica, explicó que “en América Latina no hay una sola izquierda sino que hay varias izquierdas”, cuyas diferencias son muy grandes. Hay izquierdas democráticas como la chilena, otras más populistas como el caso de México y algunas autoritarias, como el caso de Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Para Urcuyo, aunque la hegemonía de Estados Unidos (EE. UU.) en Latinoamérica “se está debilitando”, es poco probable que se conforme un bloque regional como el que lideró, hace más de una década, el expresidente venezolano Hugo Chávez (q. e. p. d.), debido a las grandes diferencias entre los gobiernos de izquierda. Al contrario, valora el politólogo, la vieja izquierda que hay en Nicaragua y Cuba se irá quedando relegada. 

“Fíjense que es una izquierda nueva”, advierte Urcuyo. El presidente Boric “hizo una condena clara del régimen de Nicaragua y yo no creo que Gustavo Petro —cuando ha dicho que en Colombia no está a la orden del día el socialismo autoritario sino que lo que importa es la democracia y la paz— vaya a estar de acuerdo con un régimen como el de Nicaragua que ha asesinado a sus ciudadanos y mantiene encarcelados a sus ciudadanos”, agregó en alusión a los más de 200 presos políticos del régimen de Daniel Ortega.

Asimismo, el presidente “López Obrador, con su populismo, yo no lo veo apoyando o validando las violaciones de derechos humanos en Nicaragua. Lo mismo Fernández, en Argentina, o Lula si llega al poder”, comentó Urcuyo. “Yo creo que esa vieja izquierda leninista, guerrillera, que está en Nicaragua y en Cuba, va a quedar aislada de una izquierda que es democrática, moderna y preocupada por la igualdad social”, subrayó.

Orteguismo está aislado

Al sociólogo nicaragüense, Juan Carlos Gutiérrez, también le parece incorrecto “meter en un solo bolsón” a todos los gobiernos que se identifican como izquierda, puesto que existen diferencia muy claras entre ellos y “ningún gobierno democrático, aunque sea de izquierda, estaría interesado en juntarse con una dictadura”, apuntó. 

En el caso de Nicaragua, por ejemplo, “Ortega ya se quitó la careta de populista responsable y pasó a ser un dictador con todas las letras”, señaló Gutiérrez. “Quien se acerque a quien tiene el vicio de ser dictador va a ser catalogado como tal. Por tanto, no hay ningún presidente de izquierda, exceptuando a Maduro y Díaz-Canel que son similares a Ortega, que vaya a establecer una alianza con Ortega”, subrayó.

Para este analista, el régimen de Ortega está tan aislado internacionalmente que —inclusive— la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, que fue su protegida durante el golpe de Estado a su esposo Manuel Zelaya en 2009, se ha abstenido al momento de votar resoluciones de condena sobre las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua.

Ante la reconfiguración del mapa político de Latinoamérica, el régimen de Ortega podría tener “una oportunidad política”, según un análisis del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM) publicado en el suplemento Perspectivas, ya que no todos los gobiernos de izquierda lo van a condenar abiertamente en foros internacionales.

“Es previsible que (estos gobiernos progresistas) no se alineen con el régimen de Ortega, ni justifiquen su deriva totalitaria, pero tampoco seguirán una línea proactiva de denuncias, condenas a la situación represiva de Nicaragua y al carácter ilegítimo del gobierno. Es probable que su política exterior sea más tolerante que confrontativa”, estima el suplemento del CETCAM, de la socióloga nicaragüense Elvira Cuadra.

El boletín de CETCAM considera que las causas de este resurgimiento de la izquierda latinoamericana “incluyen las consecuencias de políticas económicas ultraliberales que profundizaron las brechas sociales, el hartazgo de grandes sectores de la población, el discurso ideologizado de los liderazgos tradicionales desconectado de las necesidades y aspiraciones de los pueblos, y el fracaso de las instituciones establecidas para canalizar las demandas populares y articular consensos nacionales”.

El impacto en Nicaragua

Para el sociólogo nicaragüense, José Dávila, esta reconfiguración del mapa político de Latinoamérica no implica un cambio en la política internacional de esos países hacia Nicaragua, ya que se trata de una izquierda renovada que procura la defensa y protección de los derechos humanos.  

Cuba, Nicaragua y Venezuela, son ejemplo de esta izquierda ortodoxa y represiva”, advierte Dávila. Pero “es posible que los nuevos gobiernos que surjan tengan más respeto a los derechos humanos en su programática, pues son derechos sagrados a respetar si queremos mejores sociedades”, agregó.

Todas estas dictaduras del siglo XXI “se están quedando desfasadas y anquilosadas en sus doctrinas represivas”, apunta el sociólogo. “Por eso (el presidente) Boric habla de la “nueva izquierda latinoamericana”, cuyo éxito no está garantizado si no adoptan las banderas de la libertad, el pluralismo, y el respeto a los derechos humanos de todos sus ciudadanos”, agregó. 

Por otro lado, el aumento de los gobiernos de izquierda en Latinoamérica no implica necesariamente un avance hacia el autoritarismo, pues hay regímenes autoritarios tanto en la izquierda como en la derecha. 

“Nicaragua es un ejemplo claro”, advirtió Dávila. “Un gobierno de derecha capitalista, la dictadura de (la familia) Somoza, fue derrocado y vino un gobierno de izquierda socialista que también se convirtió en una dictadura de izquierda, tan represiva o más que la dictadura de derecha. Los problemas sociales en Nicaragua se agravaron, la economía no resurgió, y el sistema político está lejos de ser pluralista y representativo, y el país está sumergido en una crisis sin precedentes en su historia, comentó Dávila.

Además, las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua están en decadencia. El nivel de represión ejecutado por Ortega, el aislamiento en que está y su muy discutible legitimidad, valoró Dávila, “ha dado el jaque mate a estas dictaduras ortodoxas y represivas”.

 


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Redacción Confidencial
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Confidencial es un diario digital nicaragüense, de formato multimedia, fundado por Carlos F. Chamorro en junio de 1996. Inició como un semanario impreso y hoy es un medio de referencia regional con información, análisis, entrevistas, perfiles, reportajes e investigaciones sobre Nicaragua, informando desde el exilio por la persecución política de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

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