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A casi cien córdobas por libra, el queso escasea en la mesa de los nicaragüenses

Aumento de exportaciones y menor producción en el país, encarecen el queso que suele ser una opción económica frente al pollo o los huevos

Vista de una venta de quesos en el Mercado Oriental, en Managua. Foto: Cortesía / Voces en Libertad

Iván Olivares

25 de enero 2023

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La familia de María Potoy gasta 950 córdobas mensuales solo para comprar queso. No porque esté barato, ni porque sea su alimento predilecto, sino simplemente porque le resulta una buena opción –en vez del pollo, o huevos– para alimentar a los cinco niños y tres adultos (entre hijas y nietos) que componen su núcleo familiar.

Pero desde hace más de un año, en Nicaragua el queso dejó de ser una opción razonable para las familias, cuando su precio rebasó las escalas de lo hasta entonces conocido, para convertir en un lujo lo que antes fue un acompañamiento popular.


La razón para que algo que costaba sesenta córdobas en épocas de escasez, superara la barrera de los ciento diez córdobas en diciembre de 2022, según datos oficiales del Instituto Nicaragüense de Información de Desarrollo (Inide), tiene que ver con el aumento de la demanda internacional de ese producto, en conjunción con el hecho de que ni esa industria, ni el Gobierno, han reaccionado para aumentar la producción acorde con esa demanda.

Datos del Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex), muestran que en 2022, el país exportó casi 660 000 kilos adicionales de productos lácteos, (0.94% más que en 2021), lo que generó ingresos adicionales por 22.1 millones de dólares (10.94% más que el año anterior). Eso se explica por un aumento de 9.9% en el precio promedio de esas exportaciones.

En contraste, los datos de producción de leche del Banco Central de Nicaragua, cortados a octubre de 2022, muestran un déficit de 12.9 millones de galones de leche acopiada con respecto al mismo mes del año anterior, lo que habría bastado para producir 5.8 millones de kilos de queso, o sea 12.6 millones de libras, o 126 400 quintales.

“Esa es parte de la explicación, pero no lo es toda”, asegura el economista Julio Ricardo Hernández, recordando que “los insumos han aumentado de manera escandalosa: a fines de 2021, el quintal de harina de maní costaba 700 córdobas, y subió a 2600 a finales de 2022. Antes de la guerra en Ucrania, el quintal de urea costaba 700 córdobas, y 2750 en diciembre de 2022. Ambos son insumos clave para el lechero medianamente tecnificado”, explicó.

Hernández refiere el caso de un ganadero de un municipio leonés que vende su producto en Managua, a un precio promedio de 76 córdobas la libra, pero las locatarias lo revenden entre 90 y 110, dependiendo de las calidades. “Si antes, una comerciante ganaba 2000 córdobas vendiendo 100 libras al día, ella quiere mantener sus 2000 de ganancia, aunque sea vendiendo solo 80 libras, así que incrementa su margen de ganancia”, explicó.

Benjamín Hernández, pequeño productor matagalpino, opina que el alto precio del queso se explica, en parte, porque la leche está cara: en este momento les pagan 20 córdobas por litro, cuando lo normal es que les pagaran entre 12 a 14 córdobas por litro. Supone que si les están pagando mejor, es “porque todo ha subido. Es verdad que nos están pagando mejores precios, pero todo lo estamos comprando más caro”, aclaró.

“Esos datos explican por qué han subido tanto la leche y el queso. El país no solo está produciendo menos, sino que también está exportando más, y eso reduce la oferta interna de forma significativa, mientras aumentan los precios”, dijo el administrador de una empresa del sector, que accedió a hablar con CONFIDENCIAL, pidiendo mantener su nombre en reserva.

Cada vez menos frijolitos con queso

Ir al mercado a comprar queso es una tarea que requiere paciencia, y mucha, para encontrar el menor precio posible, como bien lo sabe “Elena”, cuando recorre los tramos del mercado preguntando cuánto cuesta la libra, y tratando de negociar precio por comprar cinco libras.

Gracias a su constante recorrido por los pasillos del mercado “Iván Montenegro”, sabe que la libra de queso cuesta 95 córdobas, y 92 si lo compra al por mayor, aunque lo ha encontrado a 100 y 98 córdobas, respectivamente.

Cuando no hay tiempo (o dinero), para ir hasta el mercado, ella, como muchas de sus vecinas, recorre las pulperías cercanas a su casa, donde le ofrecen media libra por 50 o 52 córdobas, o cuatro onzas por 25 córdobas, que es lo que compra la mayoría de la gente que no tiene suficiente dinero para comprar una libra.

En esos casos, toca racionarlo para que los niños tengan aunque sea un pedazo en su plato. La decisión es racionarlo, aunque logren comprar cinco libras para la quincena, pensando en que también podrían comprar pollo, pero se acaba en menor tiempo, mientras que el precio de la cajilla de 30 huevos oscila entre 130 y 140 córdobas.

Para comprar tres libras de frijoles se necesitan 105 córdobas, y tres libras no duran mucho en una casa con tantas bocas. De ahí que a cualquier cabeza de familia, se le haga difícil entender por qué una libra de frijoles cuesta casi un dólar, en un país que produce casi 4.7 millones de quintales de frijoles por año.

“La respuesta es muy sencilla: nos hemos convertido en un país exportador de frijoles, que tiene a El Salvador como destino principal. El salvadoreño valora mucho el frijol y el queso nicaragüense, y tiene mayor capacidad adquisitiva para pagarlo”, explicó el gerente de una empresa especializada en producción agropecuaria.

Observa que, el crecimiento de las exportaciones de ambos alimentos, sin que su producción crezca de forma apropiada, genera sobreprecios en el mercado local, y se convierte en el ‘costo del progreso’. “Mientras el país no desarrolle su plataforma exportadora, veremos un deterioro de la balanza comercial, presiones al valor de la divisa y devaluaciones, y no hay mayor impuesto para el ciudadano común, que la pérdida del valor de la moneda”, sentenció.

¿Y si producimos más?

“Los precios internacionales del queso están muy buenos, y por eso se está exportando tanto, a costa del consumo interno, lo que eleva sus precios en un contexto en el que la oferta es insuficiente para satisfacer la demanda interna”, reiteró a CONFIDENCIAL un economista que también pidió mantener su nombre en reserva.

Otro elemento para entenderlo, es la diferencia entre el poder adquisitivo del salario promedio nicaragüense, con el de los mercados de destino, porque eso hace que sea más rentable exportar que vender en el mercado interno.

“Esto es similar a lo que ocurrió con los frijoles, cuando su precio internacional se volvió muy atractivo, lo que motivó mayores exportaciones que dejaron parcialmente desprotegida la demanda nacional, con el resultado de que subió el precio. La respuesta del Gobierno, de cancelar las exportaciones de frijoles, generó un problema de liquidez a ese gremio”, detalló instando a no volver a tomar una decisión de ese tipo.

La coyuntura actual debería generar nuevas inversiones en el sector, que llevaran a un aumento de la producción de carne y leche, y a superar el problema de fondo que tiene el sector ganadero nicaragüense, que es de productividad, opina el experto.

“El crecimiento de las exportaciones sirvió para darle salida al ‘golpe de leche’, porque mejoró la producción ganadera, pero no la productividad. La producción de leche mejora de forma extensiva, pero no el rendimiento por vaca, así que los costos de producción siguen siendo igualmente altos”, detalló.

Explicó que en este caso, si el Gobierno tomara la decisión de paralizar las exportaciones de queso, agravaría este problema estructural que muestra la carencia de políticas económicas apropiadas, por parte del sector público en coordinación con el sector privado.

En referencia a la decisión de frenar el tipo de cambio, dijo que eso reducirá las ganancias de los exportadores de queso (de cualquier exportador, de hecho), “lo que podría traducirse en un pequeño desestímulo a las exportaciones. Esto podría verse compensado por un aumento del consumo interno de queso, pero eso está condicionado por la capacidad adquisitiva de los asalariados”, matizó.

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Iván Olivares

Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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